La campaña de remolacha en Castilla y León se va a caracterizar por una disminución considerable tanto en rendimiento como en calidad según todas las estimaciones. Las duras condiciones climatológicas, con un exceso de lluvia en un principio unido a las altísimas temperaturas y a las persistentes tormentas, han provocado una producción inferior que podría oscilar en un 30 %, debido a las malas condiciones de siembra por exceso de agua, y a la reducción de siembra del cultivo respecto a la campaña pasada.

Lo cierto es que según los servicios agronómicos de UPA las duras condiciones climatológicas que hicieron que se retrasara las siembras esta campaña va a provocar un severo descenso de producción en Castilla y León con unas polarizaciones bastante más bajas que en el ejercicio anterior.

La merma en la productividad supone un descenso sustancial tanto en kilos como en riqueza, lo que sin duda supondrá un serio varapalo económico para uno de los cultivos más importantes en esta región, que por otro lado en los últimos años había conseguido resultados muy positivos en amplias zonas remolacheras castellanoleonesas.

Esta situación de merma en el cultivo de Castilla y León no es muy diferente a la del resto del país, donde de igual modo la remolacha se ha visto afectada muy seriamente por esos condicionantes climatológicos, provocando descensos muy significativos en toneladas recogidas respecto a las estimaciones iniciales.