La asociación de la industria azucara de la UE (CEFS), lo mismo que la de remolacheros (CIBE), han lamentado que la Comisión Europea no haya contemplado en su documento de tres opciones para la reforma de la Organización de mercado (OCM) del azúcar, una cuarta opción que figuraba en un documento de trabajo de la Comisión, conocida como la las cuotas fijas.
Las tres opciones del documento de la Comisión son:
– Mantener el “status quo” del sistema actual de cuotas variables, que disminuyen si el balance entre cuota, producción y consumo es desequilibrado. Este sistema es según la Comisión inviable a medio-largo plazo debido a los actuales acuerdos de liberalización comercial con terceros países, ya que atraería las importaciones de terceros países y acabaría con una progresiva reducción de cuotas hasta su desaparición práctica, lo que supondría la desaparición del cultivo y la industria en la UE.
– Reducir los precios eliminando progresivamente las cuotas. Esta opción, la que parece preferir la Comisión provocaría una reconversión del cultivo y podría, en el mejor de los casos y sin que esto esté asegurado, hacer que sobreviviera una parte de la actual industria, que sería la más competitiva situada en Centroeuropa, desapareciendo la producción de la periferia de la UE, incluyendo la mayor parte de España, si no toda. La posible ayuda desacoplada en nada afectaría al mantenimiento del cultivo dado su carácter desligado de la producción.
– Eliminar precios y cuotas, dejando en total libertad la producción. Esta opción provocaría una drástica reconversión si no la desaparición de cultivo y la industria, y en cualquier caso serían los países meridionales además de los países ACP que exportan azúcar preferencial a la UE, los situados en peor posición.
El CEFS lamenta que a la Comisión solamente se le hayan ocurrido estas tres posibilidades, todas ellas desastrosas para el cultivo de la remolacha y la industria azucarera de la UE, descartando otra, la de cuotas fijas, plantada con anterioridad y considerada como la menos mala por la industria y los remolacheros de la UE.
Se trataría de mantener el sistema cuotas y precios como el actual, pero con unas cuotas fijas e inferiores a las actuales. De esta forma se haría un hueco suficiente para las importaciones de los terceros países y se permitiría sobrevivir una versión reducida del actual sector azucarero-remolachero de la UE, que podría estar en todos los países. El sistema de cuotas fijas implicaría acordar con los terceros países contingentes de importación, algo difícil, ya que no está contemplado en los actuales acuerdos comerciales.
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