Bruselas, 19 de abril de 2004. En vísperas de la reunión del Consejo de Agricultura que se va a celebrar esta semana en Luxemburgo, el Comisario de Agricultura, Desarrollo Rural y Pesca, Franz Fischler, instó a los ministros a que tomen decisiones valientes para reformar los regímenes de ayuda al tabaco, algodón, aceite de oliva y lúpulo. Dijo que esperaba que el Consejo tomaría las medidas necesarias de reforma, en interés de los agricultores, de los consumidores y del medio ambiente, y que es imposible el mantenimiento de la situación actual.
Tabaco
Sobre la reforma de las subvenciones del tabaco, el Comisario dijo que no se trataba sólo de la conocida presión para suprimir todas las ayudas relacionadas con el producto. Incluso en ausencia de esta presión, el sector lleva mucho tiempo en declive. Fischler entiende plenamente y comparte las preocupaciones formuladas respecto al sector, y desea insistir en que la Comisión las tuvo en cuenta al elaborar la propuesta presentada. Por tanto, es ilusorio pensar que sería posible continuar con el régimen actual. Los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea fueron unánimes al acordar que la política agrícola común y su futura evolución deben contribuir al desarrollo sostenible insistiendo más en el fomento de productos «sanos». Tampoco ha de olvidarse que la última prórroga de las ayudas al tabaco por otros tres años hasta 2004 fue posible sólo porque había un claro compromiso para reformar el sector. No tiene sentido hacer afirmaciones alarmistas simplemente pensando en beneficios políticos a corto plazo. La reforma no producirá un drástico aumento del desempleo en las regiones productoras de tabaco. Por el contrario, se espera que el nuevo régimen facilite la diversificación de la producción y mejore la economía de las regiones afectadas.
Algodón
En cuanto a la reforma del algodón, Fischler explicó que era absolutamente vital una disociación significativa, con sentido en términos económicos, ambientales y de desarrollo. Un aumento de la parte no disociada implicaría más superficies sembradas de algodón, con toda una serie de consecuencias negativas para el medio ambiente. La reforma de nuestro régimen de ayuda es importante también desde el punto de vista internacional. El algodón goza de libre acceso al mercado en la Unión Europea, ésta no paga subvenciones por exportación y, con el 2 % de la producción mundial, simplemente tenemos que aceptar los precios, no los podemos fijar. Sin embargo, estamos obligados a reducir las ayudas que distorsionan el comercio. Corresponderá a los otros países desarrollados seguir nuestra línea.
Aceite de oliva
El Comisario insistió en que el aceite de oliva es un producto europeo de calidad con un futuro brillante. La reforma haría que el sector se orientara mejor al mercado, que los agricultores tuvieran unos ingresos más estables, que aumentara la transparencia y que los consumidores recibieran un producto de mejor calidad.
Lúpulo
El Comisario concluyó diciendo que, para los cultivadores de lúpulo, el nuevo régimen de ayudas disociadas sería simple, flexible y sostenible. Por otra parte, ofrecería alternativas a los productores en caso de crisis de mercado tanto estructurales como coyunturales. El agricultor podría suspender la producción temporalmente o abandonarla y utilizar la tierra para otros tipos de producción.
Antecedentes
El 23 de septiembre de 2003, la Comisión Europea presentó propuestas para una reforma fundamental de las organizaciones comunes de mercado del aceite de oliva, del tabaco crudo y del algodón, de acuerdo con la reforma de la política agrícola común (PAC), decidida por el Consejo en junio de 2003. En relación con estos tres sectores, se propone la transferencia de una parte significativa de los actuales pagos relacionados con la producción a un régimen de pago disociado y único por explotación, que es el elemento clave de la futura PAC. Como se preveía en la reforma de la PAC de junio de 2003, este pago, al igual que otros pagos directos, dependerá del respeto de normas medioambientales y de seguridad alimentaria, a través de una cláusula de condicionalidad.
A fin de facilitar una política sostenible para el sector del tabaco crudo en el futuro, la Comisión propone la supresión progresiva del actual régimen en un período de tres años, una disociación de la prima existente a la producción de tabaco, la supresión gradual del Fondo Comunitario del Tabaco y el establecimiento de una dotación financiera destinada a la reestructuración de las regiones productoras de tabaco.
En el sector del aceite, el 60 % de los pagos relacionados con la producción en el periodo de referencia se convertiría en nuevos derechos en el régimen de pago único por explotación. Los Estados miembros destinarían el resto a la concesión de un pago directo suplementario para olivares poco productivos y marginales, así como para olivares con valor ambiental o tradicional, y a una política de calidad.
En relación con el algodón, el 60 % de los gastos de ayuda a los productores por Estado miembro se transferiría, en forma de nuevos derechos, al régimen de pago único por explotación y el 40 % sería retenido por los Estados miembros para la concesión a los productores de un nuevo pago directo por superficie. El saldo de los gastos en el sector del algodón en el período de referencia financiaría las organizaciones interprofesionales y la reestructuración de las regiones productoras de algodón. Se espera que la reforma tenga como efectos una mejor orientación del sector al mercado y la obtención de beneficios ambientales, de una mayor competitividad y de ingresos más estables para los agricultores, gracias a la mayor eficacia de la transferencia de los pagos disociados.
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