Madrid, 28 de mayo´04. La Comisión Europea ha difundido un informe sobre las tasas o impuestos especiales que se aplican en la Unión Europea sobre el alcohol y las bebidas alcohólicas, en el que se concluye la conveniencia de armonizar las diferentes tasas que se aplican en cada país y de actualizarlas con respecto a la inflación desde que se pusieron en vigor en 1992 (un 24 %) y de imponer una tasa mínima al vino de entre 0,12 y 0,15 euros por litro. Actualmente hay Estados Miembros que tienen fijada dicha tasa en el valor mínimo, es decir cero, como es el caso de España, Italia, Grecia, Alemania y Luxemburgo. Francia tiene una tasa testimonial de 0,02 euros/l, mientras que los países nórdicos y Reino Unido tienen una tasa en torno a 1,60–1,70 euros/l.
La intención de la CE es la de abrir un debate en los próximos meses en el seno del Consejo de Economía y Fiscalidad, el Parlamento Europeo y el Comité Económico y Social Europeo, y aunque en principio no se considera propuesta normativa, podría llegar a serlo, en caso de ser aprobada por unanimidad en el seno del Consejo. Ante la situación en la que puede desembocar esta iniciativa, COAG se opone frontalmente a la intención de la Comisión Europea de abrir el debate sobre los impuestos especiales que deben gravar el vino por considerar que las argumentaciones que justifican la imposición de una nueva tasa no son lo suficientemente claras y sobre todo no tienen en cuenta la realidad del sector.
La Comisión argumenta que de esta manera se evitarían las perturbaciones en el mercado interno y los problemas de competencia que se originan al aplicar cada país impuestos distintos, lo que resulta contradictorio si tenemos en cuenta los acuerdos preferenciales que la UE está firmado con países terceros, por los que se permite comercializar en el mercado comunitario vinos foráneos sin exigirles, ni tan siquiera, el respeto a las mismas prácticas enológicas a las que estamos obligados los productores europeos. Además, tal y como ha apuntado, Manuel Sánchez-Brunete, responsable del sector de vino de COAG, “la imposición de este gravamen puede afectar de forma muy negativa el consumo de vino, que en los últimos años ha caído hasta situarse en los 30 litros por persona y año y además equipara al vino al resto de bebidas alcohólicas cuando la Ley del Vino lo reconoce como alimento natural que incluso si se consume de forma moderada previene enfermedades”.
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