La utilización de semillas de oleaginosas de girasol, colza o lino tiene importantes ventajas para el sector vacuno. Se ha demostrado que las raciones con importantes contenidos de aceites comestibles hacen que el animal emita menos metano, el cual es un gas de efecto invernadero. El Ministerio de Agricultura de Canadá ha financiado la creación de un programa para la mitigación de los gases de efecto invernadero. Este programa, lanzado en 2003, tiene como finalidad concienciar al sector sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Una de sus actividades es convencer a los cebaderos para que utilicen aceites comestibles en las raciones que proporcionan a sus animales.
Además, estos aceites aumentan la eficacia de la producción al incorporar más proteínas y energía a las dietas basadas en cereales. Elimina los desordenes digestivos que pueden ir asociados a dietas con más carbohidratos fermentables, que se encuentran en las raciones que contienen mucho grano. Con estos aceites, los productores se benefician de un aumento de la energía de la ración sin tener el riesgo de acidosis.
Asimismo, la utilización de estos aceites beneficia al sector de las oleaginosas, especialmente en años en los que las heladas o las malas condiciones de crecimiento han producido semillas que no dan el grado para el consumo humano, pero que si resultan excelentes para el consumo animal.
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