Desde hace algún tiempo la Unión Europea debate un Reglamento sobre la publicidad en el eti-quetado y la presentación de alegaciones nutricionales (es decir, la exposición de sus cualidades nutritivas) y de propiedades saludables en los alimentos. En uno de sus artículos (concretamente el 4), el borrador original de reglamento incluía al vino entre aquellos productos a los que no se les permitía publicitar sus cualidades o se les imponía importante restricciones a la hora de hacerlo. Este reglamento debe ser aprobado tanto por el Parlamento Europeo como por el Consejo.

En la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Parlamento se estudió este tema el 21 de abril y se votó supresión del artículo 4 y la exclusión del vino del ámbito de aplicación del reglamento (lo que permitiría que, por ejemplo, en el etiquetado se siguie-ran poniendo las características del producto).

Después de la votación en el Pleno del PE, el Comisario de Sanidad Pública y Protección del Con-sumidor, Sr. Markos KYPRIANOU declaró no estar dispuesto a aceptar la supresión del artículo 4 y volvió a presentar el pasado 3 de junio al Consejo de Ministros de Sanidad su propuesta original, que finalmente fue aprobada y que supone que en el reglamento se vuelva a prohibir cualquier alegación nutricional o de salud en el etiquetado, promoción y publicidad de las bebidas con más de 1,2º de alcohol, incluido el vino. La Ministra española también votó a favor.

Ahora, la única posibilidad de que el reglamento no salga adelante tal como lo propone el Consejo es que el Parlamento lo rechace por mayoría absoluta. Si se diera esta situación, resolvería final-mente una Comisión de Conciliación formada por europarlamentarios y miembros del Consejo.

Desde que COAG-IR ha tenido conocimiento de esta propuesta ha advertido del grave peligro que supondría para el mundo de la vitivinicultura la aprobación de esta propuesta. Ya que de salir ade-lante este reglamento, la total prohibición de difundir los beneficios cardiosaludables del consumo moderado de vino, afectaría muy gravemente a las campañas de promoción del producto y bajarí-an considerablemente los niveles de consumo, ya de por sí preocupantes. El vino se colocaría de esta forma en el mundo del alcoholismo y se alejaría cada vez más de del mundo de la nutrición y la cultura que es donde le correspondería estar.