En estos días, “España llora”. Llora por los incendios, llora por sus víctimas, y en fin, llora por sus bosques perdidos.
EL Gobierno, anuncia que va a tomar medidas excepcionales, y castiga a los imprudentes. Pero no es eso, el GEA, ya lo viene denunciando verano tras verano.
Es necesario analizar las causas fundamentales por las que se produce un incendio ¿Si los datos oficiales son de que más del 90% de los incendios son provocados? ¿Quiénes y cuáles son las causas de ellos?
Para buscar y encontrar la solución es necesario entender que cuando un bosque se quema, los árboles mueren, pero su madera no arde, su madera resta y resta útil.
El excesivo celo de los ecologistas y organismos que cuida el Medio Ambiente creen que el pastoreo daña al bosque, como consecuencia se producen dos hechos negativos:
– El disgusto de los ganaderos que ven limitadas sus labores de pastoreo.
– Toda la población herbácea del sotobosque incrementa enormemente la facilidad de iniciar un incendio, bien intencionado, bien por descuido.
Pero el componente económico principal y por lo que en España se provocan sistemáticamente los incendios correspondientes , es porque la madera procedente de los árboles que han ardido, es una madera útil, y que llega al mercado antes de tiempo en una oferta extra no prevista y que consigue abaratar los precios.
Los incendios por los que España llora, son la alegría y el beneficio de muchos.
El Gobierno tiene que tomar la determinación de bloquear la ingente cantidad de madera procedente de los incendios, para que no pueda ser comercializada.
El Gobierno tendrá que aprobar las líneas de financiación adecuadas para que los particulares o zonas públicas de monte tengan la compensación de valor de mercado de esa madera procedente de los incendios. Para que los que se aprovechen y comercien con este tipo de maderas, sepan que digan definitivamente esa ,madera no saldrá al mercado ni ahora, ni nunca.
Cuando este negro negocio desaparezca como posibilidad, será cuando dejen de funcionar las mafias correspondientes, que son las que están llenando a España de humo. El fuego tiene que dejar de ser negocio para unos pocos.
El Gobierno tiene que afrontar unos primeros años con este gasto hasta convencer de que no habrá más negocio. El fuego no tendrá beneficios en este terreno.
Como ya pasó en África cuando los furtivos masacraban la población de elefantes por el comercio ilegal de marfil. Cuando los gobiernos decidieron quemar la ingente cantidad de marfil aprendido se acabo con el furtiveo y el tráfico de marfil.
Asimismo, se animaría la producción de madera de especies de rápido crecimiento, que hoy en día ven seriamente afectadas futuro en España por la llegada al mercado de enormes cantidades de madera procedentes de incendios a inferior precio.
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