13 de julio de 2006. Bruselas. Estamos al borde de un desastre para la agricultura europea. Nuestros ministros deben aguantar la presión en la OMC y no aceptar que se sacrifique en Europa nuestra opción a favor de una agricultura sostenible, sólo para satisfacer a algunos grandes grupos de la industria agroalimentaria. Este es el mensaje que han emitido los dirigentes de las organizaciones agrarias del COPA y de la COGECA, reunidos hoy en Bruselas.
Ya sabíamos que un acuerdo en la OMC significa sacrificios para la agricultura europea, han dicho los dirigentes agrícolas, pero no obstante lo que más nos ha chocado es la evaluación que hace la Comisión europea del presente acuerdo que se está discutiendo en Ginebra, basado en propuestas de los países del G20, encabezado por Brasil.
Esta no es una cuestión que afecte a unos pocos sectores o a unas pocas regiones de la UE, sino que los sectores fundamentales, como la carne de vacuno, la avicultura, los cereales y las frutas y hortalizas serían diezmados, con efectos en cadena en todos los demás sectores.
La renta global de los agricultores, derivada del mercado, caería en un 25%, mientras siguen subiendo los costes, por lo que los ingresos de los agricultores se reducirían aún más. De hecho, la Comisión admite que el sector de la carne sencillamente se hundiría y la producción de aves y de vacuno podría desaparecer por completo.
Esta es una imagen dantesca, no sólo para los agricultores, sino también para los consumidores y todos aquellos a los que les importa el campo en Europa. Más de un millón de personas que trabajan en el campo o en los sectores conexos, podrían estar muy pronto buscando trabajo en otra parte.
¿Cómo van a garantizar los Ministros la seguridad alimentaria y la salubridad cuando dependamos de Brasil para satisfacer nuestras necesidades, por ejemplo, de productos cárnicos? Tan sólo la semana pasada, la Comisión publicó un informe irrefutable de la Oficina Alimentaria y Veterinaria que demuestra que estamos importando productos alimenticios de Brasil, que sencillamente no son salubres. La fiebre aftosa está ya presente en Brasil, y ¿qué ocurrirá en caso de desastre con la gripe aviar? ¿Cómo van a saber los consumidores que la carne que comen ha sido producida de manera respetuosa para con el medio ambiente y el bienestar de los animales?
Y no es que Europa vaya a ganar algo en los demás sectores, como la industria o los servicios, en estas negociaciones. Hasta ahora, Peter MANDELSON no ha conseguido absolutamente nada en beneficio de los ciudadanos europeos. Y tampoco los países pobres del mundo esperan ganar nada. Sólo los grandes países exportadores, como Estados Unidos o Brasil.
Y no obstante, a pesar de esta pesadilla, cuando se reúna con los líderes del G8 este fin de semana, el Presidente BUSH se dispone a presionar a Europa para que vaya aún más lejos, al tiempo que mantiene las masivas ayudas financieras que otorga EE.UU. a sus agricultores.
Estos próximos días tienen una importancia crítica, han declarado los dirigentes agrícolas del COPA y de la COGECA, por lo que “instamos a los ministros a mantenerse firmes y a no ceder en su ya muy sustancial oferta que pusieron sobre la mesa el pasado mes de octubre.
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