Un corral con malas condiciones sanitarias y de ventilación reduce el desarrollo de los terneros, especialmente en programas de crecimiento acelerado. Los animales jóvenes, con dietas de alto contenido proteico, tienen más riesgo de morir. Así lo ha puesto de manifiesto un estudio dirigido por el profesor Howard Tyler, de la Universidad de Iowa y publicado en el Journal of Dairy Science.
Durante el estudio, se tomaron 120 terneros a los que se les proporcionó una cama contaminada con coronavirus. A la mitad de los animales se les alimentó con reemplazadores lácteos convencionales. La otra mitad participó en un programa de crecimiento acelerado. El número de días que los terneros tuvieron diarrea fue un 53% más elevado para los del programa acelerado. También para éstos, el porcentaje de mortalidad fue más elevado. A las dos semanas de edad, habían muerto 14 terneros en el programa acelerado y solo 3 en el convencional.
La mala ventilación también es un factor que compromete el éxito de los programas acelerados. Durante el estudio, los terneros se alojaron en corrales viejos y mal ventilados. No obstante, las condiciones no eran tan malas que con el coronavirus. Siete de los 29 terneros del programa acelerado murieron en la segunda semana de vida. Solo uno de 14 terneros alimentados con el programa convencional de reemplazadores lácteos murió a los 54 días de edad.
Las tasas de crecimiento de ambos grupos se vieron afectadas por las malas condiciones. La ganancia media diaria fue de 650 gr en los terneros del programa acelerado y de 520 gr en el convencional.
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