Las dietas de baja densidad podrían ayudar a reducir la sensación de hambre en reproductoras de broiler bajo una dieta restringida de alimento. La Universidad de Wageningen (Holanda) ha llevado acabo un estudio para valorar los efectos de las dietas de baja densidad en la digestibilidad de los nutrientes y en el desarrollo de las aves. Los resultados del estudio se han publicado en el número de abril de Poultry Science.

En el experimento se utilizaron 500 reproductoras, que se analizaron desde la semana 4 a las semana 26. Se aplicaron 4 tratamientos. El tratamiento de control fue una dieta de densidad normal (ND; 2,600 kcal/kg). El tratamiento 2 y 3 tenían una densidad de nutriente un 12 y un 23% más baja que la ND (LD12 y LD23, respectivamente), a través de la inclusión de harina de nuez de palma, fibra de trigo, gluten de trigo y torta de semillas de girasol. El tratamiento 4 también tenía una densidad de nutriente un 12% más baja que la ND, pero incluía avena y pulpa de remolacha (LD12OP).

La ingesta diaria total de energía, lisina digestible, calcio, fósforo asimilable, sodio y ácido linoleico se mantuvo constante en los tratamientos de dietas de baja densidad. Durante el estudio se determinó el desarrollo del tracto intestinal y reproductivo, así como la digestibilidad y la tasa circulación del alimento.

A las aves a las que se dio la dieta LD23 y LD12OP mostraron un desarrollo de los ovarios y del oviducto más rápido, entre las semanas 24 y 26, comparado con la dieta de control. En la semana 22, las dietas LD23 y LD12OP produjeron unos mayores pesos del yeyuno y el ileón vacíos. Las dietas de baja densidad no afectaron a los contenidos del tracto intestinal y redujeron el tiempo medio de retención de los contenidos.

En conclusión, las dietas de baja densidad pueden afectar al peso vivo y al desarrollo de los tractos digestivos y reproductivos.