28 de mayo de 2007, Roma/Bangkok – El descubrimiento reciente de que el pienso utilizado en algunas piscifactorías de EE.UU. contenía toxinas –melamina-, ha puesto de relieve los problemas a los que se enfrenta el sector de la acuicultura, que hoy en día suministra cerca del 44 por ciento del pescado que se consume en el mundo, según la FAO
La melamina es la misma sustancia asociada a la reciente retirada del mercado en EE.UU. y Canadá de alimentos para animales domésticos. La forma enrevesada en la que terminó en los piensos para peces destinados al consumo humano pone de relieve las dificultades para garantizar la inocuidad en la era de la producción, procesado y distribución transnacional. El pienso -realizado con gluten de trigo contaminado producido en China- fue exportado por una sociedad estadounidense y vendido al menos a dos proveedores canadienses, quien a su vez lo exportaron a granjas acuícolas en Estados Unidos.
Las autoridades sanitarias de EE.UU. y Canadá señalan que la contaminación fue de un nivel bajo y que los peces que consumen melamina la excretan rápidamente y no representa un peligro para el consumo humano. Además, el nivel de exposición parece haber sido limitado.
Algunos estados en EE.UU. han prohibido recientemente la importación de determinados tipos de pez gato desde el extranjero, tras detectar que algunas partidas de filetes congelados estaban contaminadas con antibióticos prohibidos. El gigante de la distribución Walmart hizo lo mismo en toda su cadena de supermercados en EE.UU..
Estos incidentes ilustran la importancia de asegurar la inocuidad de los productos procedentes de la acuicultura, el sector de producción alimentaria de más rápido crecimiento en la última década, según Lahsen Ababouch, experto en inocuidad de productos pesqueros de la FAO.
“La actual cadena mundial de producción y suministro de productos pesqueros es extremadamente compleja”, asegura Ababouch. “Con cerca de la mitad del pescado que se consume hoy en día procedente de la acuicultura, de la que dependen 12 millones de personas, es vital garantizar que los productos acuícolas sean inocuos y de la mayor calidad posible”, añade.
La FAO examina tendencias y problemas
Asegurar la calidad y la inocuidad a lo largo de toda la cadena de distribución del pescado es uno de los principales temas a debate esta semana en una conferencia sobre el comercio acuícola que tiene lugar en Quindao, China, organizada por la FAO y el Ministerio chino de Agricultura (Quindao, del 29 al 31 de mayo).
La reunión incluye sesiones sobre la gestión de la salud de los peces a nivel de las explotaciones, el cada vez más complejo marco regulador internacional que rige las importaciones de productos acuícolas, y como establecer sistemas equilibrados de etiquetado y trazabilidad que permitan a los minoristas y los consumidores conocer la procedencia del producto pesquero.
Entre otras cuestiones a debate figuran la globalización de la cadena de suministro de pescado, las tendencias de mercado que contribuyen al actual auge de la acuicultura, aspectos relacionados con el medio ambiente y la sostenibilidad y la creciente competencia entre la acuicultura, la industria avícola y la ganadería por el aceite de pescado utilizado como pienso.
Ayudar a los países en desarrollo
Según Jochen Nierentz, del programa GLOBEFISH de la FAO, el organismo de la ONU tiene especial interés en ayudar a los pequeños acuicultores de los países en desarrollo a adaptarse a normas para la importación cada vez más exigentes en los países en desarrollo. El 98 por ciento de los pescadores y acuicultores del mundo se encuentran en los países en desarrollo.
“Desde luego que es legítimo estar preocupado por la inocuidad de los alimentos. El problema es asegurarse que los puntos de referencia utilizados para valorar la inocuidad tengan base científica y que los acuicultores, tanto de los países desarrollados como de los países en desarrollo, no se encuentren en situación de desventaja”, asegura Ababouch.
El 44 por ciento del pescado procede de la acuicultura
El porcentaje de pescado que procede de la acuicultura se ha disparado en los últimos años, según explica Rohana Subasinghe, especialista en acuicultura de la FAO. En 1980, tan solo el 9 por ciento del pescado para el consumo humano procedía de la piscicultura. Hoy en día, este porcentaje se eleva al 44 por ciento, indica.
La FAO considera que la acuicultura responsable es la clave para cubrir la creciente demanda mundial de pescado y reducir la presión sobre las poblaciones ícticas marinas.
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