Los productores de ovino de Polonia tienen como objetivo, a corto plazo, aumentar significativamente la producción de corderos para disminuir los costes productivos y ofertar precios atractivos al consumidor polaco, en relación con el cordero importado de Nueva Zelanda, que es actualmente el que más se consume y que registra precios muy competitivos. Con este fin, según publica el Boletín Exterior del MAPA, se ha realizado un gran esfuerzo de selección a partir de la raza merina y de razas autóctonas de las montañas y las estepas polacas.
Gracias al trabajo de los ganaderos, se ha amortiguado el descenso de rendimiento productivo y se ha aumentado el número de cabezas de aptitud mixta de carne y de lana pero, sobre todo, se ha conseguido una genética más adecuada y adaptada a las condiciones del país y del gusto del consumidor. Sin embargo, los criadores consideran que la rentabilidad de la producción ovina es todavía muy baja.
El censo de 2005 de la cabaña ovina está situado en torno a las 300.000 cabezas. El número de reproductoras sigue aumentando, por lo que se puede producir la renovación de la cabaña. El primer programa agroambiental polaco, el Plan de Desarrollo de las Zonas Rurales, que se puso en marcha para el periodo 2004-2006, preveía medidas que tenían como objetivo fomentar el mantenimiento y mejora de prados y pastizales, así como evitar la pérdida de las razas autóctonas en peligro de extinción. Sin embargo, aunque el número de razas de ovino existentes es muy reducido, no todas ellas están en riesgo de extinción.
Este mismo Plan, mejorado a partir de las experiencias adquiridas en el periodo citado, continuará para el periodo 2007-2013. Muchos ganaderos han mostrado su interés por beneficiarse de este programa, ya que las ayudas de la UE en los años 2004-2006, en torno a los 81,58 euros por oveja madre al año, fueron muy atractivas.
Algunas asociaciones de criadores de ovino y caprino han pretendido introducir una prohibición, por la que aquellos miembros que hayan percibido ayudas de la UE contenidas en el Plan de Desarrollo de los Zonas Rurales deban realizar las ventas de sus animales en la propia región donde tiene lugar la producción. Esta prohibición, según han manifestado muchos ganaderos, está en contradicción con la economía de mercado, por lo que se han negado a cumplirla.
Por otra parte, los ganaderos han pedido a su administración ayudas para determinadas razas autóctonas como las “swiniarka” y la “wrzosowka”, cuyos machos resultan difíciles de vender. Argumentan que, en caso contrario, se corre el riesgo de pérdida de estas razas autóctonas, muy adaptadas a las duras condiciones agroclimáticas de Polonia. Estos animales son capaces de resistir, ocultándose bajo la nieve, los duros inviernos polacos.
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