UPA califica como una tomadura de pelo inconcebible y vergonzosa la Orden que aparece publicada hoy mismo en el Bocyl firmada por el anterior consejero de Agricultura, José Valín, que recoge las ayudas que pondrá en marcha el Gobierno autonómico con motivo de la plaga de topillos que sufren los agricultores de nuestra región.

Nuestra organización descalifica rotundamente el contenido de la normativa dado que prácticamente resulta imposible que el agricultor afectado cobre ayuda alguna aunque tenga daños elevadísimos en su parcela de cereal.

Estamos ante una decisión que lejos de calmar los ánimos entre los afectados los va a encrespar y soliviantar aún más. La Junta de Castilla y León tiene la indecencia de haber esperado mes y medio desde la publicación del borrador de ayudas hasta que ha visto la luz la Orden definitiva, con lo que muchos afectados no podrán solicitar las ayudas dado que en algunas provincias ya se ha cosechado más del 50 % de las parcelas. El contenido de la Orden apunta al 16 de julio como fecha límite para presentar la solicitud de peritación de daños.

Pero es que además lo que la Junta dice apuntar como ayudas consisten en el resultado de una ecuación numérica teniendo en cuenta que debe restarse al 70 % del rendimiento máximo asegurable, la cosecha real obtenida en la parcela. Esto significa que en un año como éste con una buena producción tenga que haber daños elevadísimos en la parcela para poder empezar a percibir unas cantidades mínimas.

Sirva como ejemplo un agricultor de Palencia que se haya visto afectado por los topillos en el caso de que tenga derecho a solicitar la ayuda y con un rendimiento en la parcela de 1.100 kilos/ha, percibirá alrededor de 32,4 euros/hectárea cuando el daño real de esa hectárea podría ser de 420 euros.

Nos encontramos por lo tanto ante una puesta en escena de evidente maquillaje político por parte del Gobierno autonómico que en su intención de vender humo, lo que refleja no es más que una falta de respeto absoluta y una ausencia de compromiso hacia los agricultores que se están viendo afectados por la plaga de topillos que sigue arrasando los campos de Castilla y León.