Bruselas, 27 de noviembre de 2007
I. Reflexiones generales sobre la Comunicación de la Comisión
Sras. y Sres. diputados, antes de iniciar mi intervención quiero agradecerles la oportunidad que nos han brindado a la Confederación de Cooperativas Agrarias de España para exponer nuestros puntos de vista sobre la Comunicación de la Comisión que ella misma ha denominado “balance de salud de la PAC”, también conocido como “Chequeo Médico de la PAC”.
Dicho esto, me van a permitir hacer una breve introducción para expresar unas reflexiones iniciales de carácter general.
Por una parte, si bien la Comisión insiste en que sus planteamientos en modo alguno cuestionan la reforma de la PAC del 2003, a nuestro juicio no dejan de colisionar con algunas de las decisiones tomadas. Así, el incremento de la modulación a un 13%, el establecimiento de recortes a las explotaciones de mayor dimensión, la eliminación de los mecanismos de intervención en cereales, etc., son elementos que abrirán un debate de gran calado y que no pueden ser considerados como meros ajustes.
Pero permítanme además que haga una mención especial a una de las reflexiones planteadas por la Comisión en su Comunicación en la que considera que “no es sostenible el calculo de las ayudas de los agricultores en función de referencias históricas que en poco tiempo quedarán desfasadas,…”. Este planteamiento nos parece especialmente grave, porque todos recordamos que esa era precisamente una de las críticas fundamentales que planteamos muchas organizaciones con motivo de los debates previos a la reforma de la PAC del 2003 y la respuesta de la Comisión fue, en aquel momento, que con el Pago Único por Explotación no sólo se garantizaba la continuidad las ayudas de los agricultores, sino que además se legitimaba la PAC ante la sociedad.
Evidentemente la Comisión no está haciendo propuestas concretas en estos momentos, pero sí está poniendo en la mesa una serie de planteamientos que sin duda provocarán un debate en el que se podrá cuestionar alguna de las decisiones de mayor trascendencia que se tomaron en su día en la reforma de la PAC, o al menos podrían provocar una modificación sustancial de los modelos escogidos en los Estados miembros para el cálculo del pago único.
Por tanto, el primer mensaje que quiero trasladarles es la necesidad de estabilizar la PAC y ser coherentes con lo acuerdos alcanzados que, insisto, tenían como objetivo fundamental instaurar una nueva PAC compatible con las negociaciones en el seno de la OMC, acorde con las demandas de la sociedad, que imprimiese una mejora de la competitividad del sector y que contribuyese a la estabilización de las rentas de los agricultores. Pero es que además, esta estabilidad que demandamos se justifica hay más que nunca habida cuenta de las inversiones que están realizando tanto nuestros productores asociados como nuestras cooperativas y que exigen unas perspectivas claras, al menos en lo que respecta a la reglamentación.
Dicho esto, nos hubiese gustado que la Comisión aprovechase el “balance de salud” para hacer una reflexión que tuviese en cuenta la evolución de los mercados internacionales y sus repercusiones en el mercado interior. Es cierto que la Comisión manifiesta su intención de hacer un análisis más profundo e incluso presentar propuestas con nuevas medidas, pero no es menos cierto que hoy ya estamos en condiciones de asegurar la conveniencia de mantener unos stocks estratégicos que, por una parte garanticen el abastecimiento de productos básicos de forma estable y por otra, amortigüen las fluctuaciones de los precios. Dejar que el mercado actúe sin ningún tipo de control no nos parece lo más adecuado y menos tras la experiencia de esta campaña. En consecuencia, la desaparición de la intervención de los cereales que propone la Comisión nos parece absolutamente desaconsejable, ya que introduciría una mayor inseguridad en los mercados, tanto para el abastecimiento humano, como para la alimentación animal. Por otra parte, pensar que el crecimiento de la demanda de los biocarburantes podría incrementar la demanda de los cereales comunitarios no es previsible, a menos en el corto plazo, pero si así lo fuere, se justificaría en mayor medida la existencia de stocks estratégicos para garantizar un abastecimiento estable para el consumo alimentario.
Estimamos además que la referencia a la “red de seguridad” aludida por la Comisión, nos parece carente de concreción y por tanto, entendemos que lo más lógico es reforzar los instrumentos actuales, que han dado pruebas en el pasado de su capacidad para resolver desequilibrios coyunturales. Eso sí, les adelanto que las cooperativas y las Organizaciones de Productores, son el mejor instrumento para canalizar los impulsos del mercado hacia la producción y por tanto su refuerzo contribuye a la estabilización de los mercados, tal y como se ha explicitado en la reciente reforma de la OCM de Frutas y Hortalizas. En este sentido, quiero manifestarles también que las cooperativas estamos dispuestas a estudiar cualquier fórmula que contribuya a corregir los desequilibrios coyunturales, de la misma forma que para la gestión de riesgos.
En cuanto a la condicionalidad, sí nos parece adecuado efectuar una reflexión sobre la relación coste/beneficio. En ese sentido aplaudimos la intención de la Comisión, pero quiero aprovechar para poner de manifiesto el incremento de costes que se genera en la UE como consecuencia de una reglamentación tan compleja y burocrática, que trae como consecuencia una gran inseguridad por parte de los agricultores y de las empresas del sector y que nos coloca en clara desventaja frente a nuestros competidores.
II. Segundo pilar versus primer pilar
La Comisión parece pretender dar solución de todos los problemas a través del 2º pilar, pero en detrimento de los fondos del primero, es decir, a través del recorte en las ayudas a los agricultores y del desmantelamiento de los ya de por sí escasos mecanismos de gestión de mercado. En este sentido, resulta paradójico que la Comisión reconozca que los fondos destinados al pago único sufrirán un recorte en términos constantes en la medida en que no se compensa la evolución del IPC y proponga, al mismo tiempo, un recorte adicional en las ayudas directas para compensar la reducción de los fondos del 2º pilar como consecuencia de la ultima Ampliación de la UE.
Evidentemente para nosotros, las cooperativas, el segundo pilar es una herramienta fundamental para la mejora de la competitividad de nuestras empresas, tanto desde el punto de la mejora de nuestras estructuras productivas y de transformación, como para lo que todavía es más importante, la mejora de nuestras estructuras de comercialización. Pero no es justo que el refuerzo del 2º pilar se haga en detrimento de las ayudas de los agricultores.
Como decía anteriormente, de la lectura de la Comunicación de la Comisión da la impresión de que se pretenden resolver todos los problemas a través del 2º pilar: la mejora de la competitividad, la protección del medio ambiente y del paisaje, la innovación, la diversificación de la actividades en el medio rural, la mejora de la comercialización y la incorporación del valor añadido, los problemas derivados de la desaparición de las cuotas lecheras en las zonas de montaña, la gestión de los riesgos y por si todo esto fuera poco, la Comisión también pretende que desde el 2º pilar se pueda combatir el cambio climático, la producción de biocarburantes de segunda generación y la gestión del agua.
Todos estos objetivos, absolutamente loables y necesarios, creemos exceden con creces las posibilidades reales de los fondos disponibles en la actualidad para el 2º pilar, sobre todo si se tiene en cuenta la necesidad de cofinanciación de los Estados miembros. Por tanto, o se incorporan fondos adicionales, y no me refiero a la transferencia de fondos desde el 1º pilar, o bien se articulan otros instrumentos al margen del desarrollo rural en consonancia con la altura de los objetivos enunciados. Pretender atender a todos ellos desde el segundo pilar, nos parece poco realista con los recursos actuales.
III. Opciones para promover una agricultura multifuncional; refuerzo del 2º pilar de la PAC
Finalmente quisiera aprovechar la ocasión para reiterar que si bien en la mayoría de las regiones de Europa resulta difícil imaginar un desarrollo rural sin actividad agraria, no es menos cierto que para garantizar el mantenimiento del tejido rural es necesario diversificar las actividades y los servicios a fin de garantizar ya no sólo una rentabilidad económica a sus habitantes, sino también una mejor calidad de vida. En este sentido las cooperativas estamos jugando un papel fundamental por nuestra vinculación con el territorio, por lo que reiteramos un tratamiento prioritario en el acceso a las medidas previstas en el 2º pilar, en correspondencia a la masa social que representamos y el efecto multiplicador derivado de nuestras actuaciones.
Así en mi país, pero se puede generalizar al conjunto de la UE, en muchas zonas rurales la única empresa existente es la cooperativa, que no sólo contribuye a la mejora de la competitividad de las explotaciones familiares, sino también constituyen la fuente principal de generación de empleo. Con lo cual me permito asegurar que no sólo hay que considerar que la agricultura europea juega un papel multifuncional, sino que esa multifuncionalidad también se puede hacer extensiva a las cooperativas, sobre todo cuando están ubicadas en las zonas más desfavorecidas de la UE.
Pero evidentemente las cooperativas no podremos sobrevivir si no somos suficientemente competitivas y no estaremos en condiciones de rentabilizar la actividad económica de nuestros productores asociados si no somos capaces de comercializar sus productos en condiciones de eficiencia, pero permítanme que les señale una de las contradicciones más importantes que existen en la actualidad en el 2º pilar de la PAC. El acceso a las ayudas para la mejora de la competitividad se limita exclusivamente a las microempresas y a las PYMEs, lo cual colisiona frontalmente con la estrategia que estamos imprimiendo en nuestras cooperativas a favor de los procesos de concentración e integración empresarial, favoreciendo las fusiones entre ellas a fin de mejorar su posición en un mercado cada día más concentrado en las grandes cadenas de distribución.
Estimamos que debemos aprovechar el chequeo médico para revisar esta decisión que, en muchos Estados miembros, está dificultando nuestro crecimiento y nos condena a la inviabilidad frente a nuestros competidores.
Por otra parte y en el mismo sentido, limitar las ayudas en las explotaciones de mayor dimensión, cuando estas son de carácter asociativo, no tiene ninguna justificación. En mi país y cada vez más, pequeños agricultores están optando por fórmulas que aglutinan en una única persona jurídica la suma de muchas explotaciones individuales. Es una respuesta lógica que permite generar economías de escala y racionalizar las inversiones y que justifica que para este tipo de explotaciones de carácter asociativo, no se aplique ningún recorte en las ayudas de la PAC.
En definitiva, la defensa de un modelo multifuncional de la agricultura, para la inmensa mayoría de las explotaciones europeas, pasa por que los agricultores puedan rentabilizar su actividad económica y esto, en un mercado cada día más abierto, competitivo y concentrado en menos clientes, depende de la capacidad que tengamos las cooperativas de comercializar sus productos en condiciones de eficiencia.
Por otra parte, la multifuncionalidad de la agricultura justifica plenamente la existencia de mecanismos de apoyo y de sostenimiento de las rentas, pero con una visión a largo plazo, evitando el cuestionamiento reiterado de los instrumentos que contempla la PAC y que introduce una gran inseguridad en el sector y una pérdida de confianza en quienes toman las decisiones políticas.
Finalmente, no seremos las cooperativas quienes pongamos pegas a un refuerzo del segundo pilar, pero tampoco podemos olvidar que somos empresas formadas por agricultores y, en consecuencia, no podemos aceptar que se haga en detrimento de las ayudas que perciben. Las razones que justifican la necesidad de incrementar los fondos destinados al desarrollo rural son muchas y absolutamente justificadas, la multifuncionalidad es una de ellas, pero precisamente por ello no entendemos como ha tenido que asumir el presupuesto del 2º pilar el impacto derivado de la Ampliación, decisión de gran calado para la UE que no se ha visto correspondida con un refuerzo de los presupuestos comunitarios a la altura de las ambiciones de una Europa ampliada a 27 Estados miembros.
Madrid martes, 27 de noviembre de 2007
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