El pasado 17 de abril se inauguró en Freiberg (Alemania) la primera planta comercial del mundo de biocarburante de segunda generación por el método termoquímico. Se trata de la fábrica de la empresa Choren, que utiliza el método de gasificación (biomass-to-liquid; BtL) para fabricar biocaburante sintético. Choren Industries es una empresa en la que participan Shell, Volkswagen y Daimler Benz.

Según la empresa se tardarán entre 8 a 12 meses para alcanzar la capacidad prevista de 18 millones de litros anuales de biocarburante, que se obrtendrá principalmente a partir de material celulósico. La planta ha costado 100 millones de euros, de los cuales 35 han sido una subvención del Gobierno de Sajonia.

Aunque con el método termoquímico se puede modular el tipo de biocarburante que se produce para que sea adaptable a la gasolina o al diesel, en este caso se producirá biocarburante de tipo diesel denominado comercialmente SunDiesel.

La tecnología del diesel sintético es básicamente la misma que se empleó en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, cuyo fundamento es el proceso Fischer-Tropsch, ahora adaptado con las modernas tecnologías.

El proceso era hasta ahora antieconómico, pero el alto precio de los carburantes y las modernas técnicas de catalizadores que abaratan el proceso hacen que ahora pueda ser viable, aunque este biocarburante es todavía mucho más caro de producir que el diesel convencional, por lo que su desarrollo dependerá de la política que haya en cuanto a incentivos, como exenciones fiscales o tasas de incorporación obligatorias.

Mientras que en la Segunda Guerra Mundial, Alemania utilizaba principalmente carbón como materia prima para el diesel sintético, la nueva planta utilizará materias primas renovables de tipo celulósico.