11 de julio de 2008. UPA describe como frustrante la sensación que tienen los agricultores de Castilla y León respecto a los cultivos agroenergéticos, que se refleja en el descenso de superficie de siembra tanto de cereales para bioetanol como de oleaginosas (colza y girasol) para biodiesel.
En nuestra comunidad autónoma el número de hectáreas destinadas a estos cultivos ha descendido de forma alarmante, ya que si la campaña pasada se cultivaron 86.000 hectáreas de cultivo agroenergético, en la actual campaña la superficie apenas ha llegado a 7.000 hectáreas.
Paralelamente a esta situación en Castilla y León se están consolidando proyectos y plantas industriales de transformación, como por ejemplo la de etanol en Babilafuente (Salamanca), o las de biodiesel en Olmedo (Valladolid) y Quintana del Puente (Palencia), con capacidad para transformar de forma inminente millones de toneladas de cereales y oleaginosas.
Ante esta tesitura los agricultores de nuestra región se preguntan qué ha sido del fenómeno de los biocarburantes, y sobre todo de dónde va a salir la materia prima que utilizarán estas grandes fábricas instaladas en Castilla y León.
UPA recuerda en este contexto la importante apuesta que ha hecho el Gobierno autonómico traducida en millonarios presupuestos públicos para que esas instalaciones revirtiesen esos apoyos administrativos en riqueza para la región.
Sin embargo la realidad actual dista mucho de las previsiones realizadas en su día, y a pesar de que la capacidad de producción de biocarburantes en Castilla y León es elevada, la Junta en ningún momento ha sabido o podido garantizar que el suministro de materias primas proceda de la comunidad autónoma.
Actualmente con 7.000 hectáreas de producción de semillas se van a producir apenas 14 toneladas de cultivos agroenergéticos en Castilla y León.
En este contexto los productores de nuestra comunidad autónoma consideran que las fábricas instaladas pueden ser utilizadas para importar aceite base, o simplemente para permanecer cerradas en un momento que resulta difícil de entender cuando el precio del barril del petróleo alcanza los 145 dolares.
La realidad apunta a que la cercanía de las plantas de producción a día de hoy no producirá ni siquiera una pequeña ventaja para el agricultor de Castilla y León, lo que resulta inconcebible cuando ha habido fuertes inversiones públicas del Gobierno autonómico.
UPA considera evidente que las empresas transformadoras no tienen ningún interés en adquirir materia prima en el mercado interior con los contratos suscritos para producciones de colza y girasol a precios de 0,30 euros/kilo, cuando producir esos cultivos para destino agroalimentario le supone al agricultor por encima de los 0,54 euros/kilo.
Ante esta situación, UPA exige a la Junta de Castilla y León y a la Administración central que no se escondan y se comprometan no sólo a fomentar la conservación de la naturaleza al utilizar combustibles poco contaminantes, sino que obliguen a las empresas instaladas en la región a utilizar materia prima autóctona, generando con ello un valor añadido que permita asegurar la viabilidad de las explotaciones agrarias castellanoleonesas, contribuyendo además a reducir la factura en combustibles fósiles.
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