14 julio de 2008. Primero fueron los cultivos de secano y, ahora, el mismo proceso se repite con el regadío constatando así la ineficacia de unas ayudas que, un año después de la plaga de topillos, apenas llegan a unos pocos. Sin duda, las trabas de acceso a estas subvenciones han sido muchas y diversas, obstáculos que han determinado que sólo a una minoría se le haya reconocido el valor de la producción perdida.
Tras la publicación, hoy, en el Bocyl, de la convocatoria destinada, supuestamente, a paliar todas las pérdidas ocasionadas por el roedor, ASAJA SALAMANCA critica su escasa, o más bien nula, repercusión teniendo en cuenta que, en su día, tan sólo se valoraron daños en la producción por encima del 15%, a lo cual se sumó la tardanza a la hora de inspeccionar las muestras de campo que muchos agricultores optaron, finalmente, por cosechar teniendo en cuenta la desmotivación acrecentada por el bajo precio de las tasaciones, muy inferior al precio real del mercado. Si a todo ello sumamos que un gran número de parcelas de riego figuraban en el catastro como cultivos de secano, la conclusión es que esta convocatoria ha quedado, no sólo vacía de contenido, sino también de beneficiarios.
En definitiva, los pocos “privilegiados” que podrán acceder a las mismas deberán formalizar su solicitud antes del 8 de agosto adjuntando, debidamente cumplimentado, el anexo I de la orden, la acreditación bancaria donde se realizará el ingreso y la documentación que atestigüe el cumplimiento de las obligaciones tributarias y con la Seguridad Social.
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