Los ensayos de nuevas variedades de los cultivos extensivos, lo realizan desde hace bastantes años las diferentes Comunidades Autónomas. Para llevar a cabo estudios que englobaran toda la información procedente de los distintos departamentos técnicos de las Comunidades Autónomas dedicados a estos trabajos y los aportados por los Organismos de la Administración Central, con competencia en el registro de las nuevas variedades, se creó el Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos en España (G.E.N.V.C.E.) La Comunidad de Madrid participa en GENVCE a través del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).
Lo constituye un grupo técnico de trabajo integrado por los responsables de la realización de los ensayos de variedades en las distintas Comunidades Autónomas y por técnicos de la Oficina Española de Variedades Vegetales (Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino) y del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (Ministerio de Ciencia e Innovación).
Su objetivo final es ofrecer a los diferentes sectores implicados: agricultores, industriales y Administración, información fiable y práctica sobre la adaptación agronómica y de la calidad comercial, de las nuevas variedades de las diferentes especies de cultivos extensivos, en las distintas áreas agroclimáticas españolas.
El protocolo experimental creado consiste en estudiar, a lo largo de varias campañas, el comportamiento de las nuevas variedades que van apareciendo en el mercado y que se encuentren inscritas en el registro español de la Oficinal Española de Variedades Vegetales (OEVV) y en el catálogo común de especies agrícolas de la Unión Europea.
Con dichos ensayos se pretende conocer si las nuevas variedades aportan ventajas sobre las que están utilizando normalmente los agricultores.
Para que la evaluación de los caracteres de una variedad sea lo mas fiable posible, se la debe incluir en una red de ensayos, con un diseño estadístico y con un número mínimo de ensayos válidos.
Las nuevas variedades se deben comparar con las variedades más conocidas o demandadas, que se denominan testigos. Estas, han de tener un nivel productivo alto y una calidad comercial que cubra las exigencias de la industria.
El dispositivo experimental se plantea de la forma siguiente: para cada especie, las Comunidades Autónomas lleva a cabo un número de ensayos que dependerá de la importancia del cultivo en la zona. Dichos ensayos son sembrados en microparcelas de 10 a 20 m2 de superficie; se realizan bajo un protocolo común y con un diseño estadístico para eliminar los efectos externos (suelo, siembra, temperatura, humedad, etc.)
Los parámetros estudiados son fundamentalmente los productivos: rendimiento y calidad. Así mismo se evalúan caracteres agronómicos: resistencia a enfermedades, altura, resistencia a encamado, precocidad, etc.
Dependiendo de las diferentes especies y de acuerdo con la alternatividad del material vegetal o del ciclo, en GENVCE existen las siguientes redes:
– Cereales de paja: cebada de ciclo largo, cebada de ciclo corto, trigo de ciclo largo, trigo de ciclo corto, trigo duro y avena.
– Maíz: ciclo 700, ciclo 600, ciclo 500 y variedades modificadas genéticamente de ciclos largos.
– Leguminosas de grano: garbanzos, guisantes y habines.
– Colza.
Actualmente tiene dos ensayos de cereales de paja, en los términos municipales de Parla y El Vellón, en terrenos de agricultores colaboradores. Con dichas ubicaciones se busca conocer el comportamiento de las distintas variedades de cereales en dos zonas cerealistas diferentes de la Comunidad de Madrid.
Asimismo, dentro de la red GENVCE, en el C.T.T. “La Chimenea” de Aranjuez, el Instituto realiza ensayos de variedades de maíz. Por otro lado, el próximo año tiene proyectado iniciar ensayos de variedades de colza en el C.T.T. mencionado anteriormente.
Aparte de los aspectos productivos y de calidad de las diferentes especies que se están ensayando, en GENVCE está adquiriendo una gran relevancia el problema de la presencia y control de las micotoxinas en los ensayos de variedades.
El problema de las micotoxinas comienza en el campo y continua durante toda la cadena de transformación-comercialización que acaba en la mesa del consumidor. Por tanto, la contaminación de los alimentos por hongos causa no sólo pérdidas después de la recolección, sino que también constituyen una fuente de sustancias tóxicas más o menos peligrosas para el ser humano.
Asimismo pueden pasar a la cadena alimentaria a través de la alimentación animal. Las micotoxinas resisten la descomposición y no son inutilizadas en la digestión. Así que se mantienen en la cadena alimenticia en carnes y productos lácteos. Por otra parte los tratamientos de temperatura no destruyen todas las micotoxinas. En Europa los niveles de micotoxinas permitidas en la alimentación y en los piensos para los animales son fijados por una serie de directivas europeas.
Teniendo en cuenta la importancia del problema, el IMIDRA, como integrante de GENVCE, está colaborando con el Grupo, tomando muestras en los ensayos para la detección y control de las micotoxinas.
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