16-12-08. COAG Almería ha acogido con satisfacción la noticia de que el Parlamento y la Comisión europeos estén acercando posturas y barajen ahora una reducción del 10% de las materias activas en vigor, cercana a la propuesta del 8% realizada por ésta organización. En este sentido, celebra que las presiones realizadas por el sector productor estén surtiendo efecto ya que la eliminación del 80% de las materias activas planteada en un principio por Bruselas supondría un grave varapalo para la producción almeriense de frutas y hortalizas, que podría verse reducida entre un 30% y un 40%. Ante todo, la coordinadora agraria demanda que la elección de las materias activas a eliminar atienda única y exclusivamente a criterios agronómicos. El secretario general de COAG, Miguel López, viajó la semana pasada a Bruselas para mantener diversos contactos con parlamentarios europeos y responsables comunitarios y explicarles que, en la mayoría de los casos, éstas materias activas son fundamentales para combatir las plagas en los cultivos y de las cuales, hoy por hoy, no existen alternativas viables.
COAG afirma que los agricultores almerienses tienen que luchar cada día contra plagas, enfermedades y otros agentes patógenos, y para ello existen una serie de materias activas fundamentales que no pueden prohibirse sin facilitar, previamente, una alternativa. En este sentido, ha planteado a la UE el establecimiento de una moratoria que permita ganar tiempo para investigar y poner en marcha otras sustancias activas con eficacia similar a las que se planea eliminar, o bien otro métodos de control no químicos (como la lucha biológica). “Los efectos de esta decisión podrían ser catastróficos para el sector productor almeriense, que podría caer entre un 30% y un 40%, lo que acabaría redundando en una fuerte subida de los precios para el consumidor”, ha comentado el secretario provincial y responsable estatal de Frutas y Hortalizas de COAG, Andrés Góngora. “Además, si se eliminan la mayor parte de fitosanitarios, los que queden serán menos eficaces (es necesario utilizar distintos tipos para el tratamiento de un plaga para evitar que se generen resistencias), resultarán más caros y se provocará una fuerte caída de la cosecha que se tratará de compensar con importaciones de países terceros, que son precisamente los que más incumplen las normativas europeas en esta materia. Incluso, una dependencia excesiva del exterior, podría acarrear problemas de abastecimiento en el mercado comunitario”, ha añadido.
Ante ello, COAG reclama que se refuercen los controles en frontera, porque no tiene sentido limitar cada vez más el uso de plaguicidas y fitosanitarios en los Estados Miembros y permitir la entrada de productos procedentes de terceros países que no cumplen los mismos requisitos. Asimismo, solicita la realización de un estudio de impacto socioeconómico y medioambiental que podría derivarse de la aplicación de la normativa propuesta. Los agricultores almerienses siempre han hecho un uso racional y sostenible de los productos fitosanitarios y en los últimos años han dado grandes pasos hacia una agricultura menos dependiente de los mismos, con apuestas como la lucha biológica, para conseguir una producción de alta calidad adaptada a las mayores exigencias de los mercados y los consumidores.
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