El actual clima económico está afectando de forma negativa al sector de los biocarburantes en EEUU; no solamente en cuanto al bioetanol de primera generación actualmente en producción comercial, sino también a las inversiones en la incipiente industria de los biocarburantes de segunda generación para los que la Administración Obama ha manifestado un claro apoyo.

Las empresas que están tratando de comercializar ya bioetanol celulósico están teniendo problemas para encontrar financiación para comenzar la actividad, debido a las dudas existentes sobre su viabilidad por la actual situación de crisis económica y bajos precios del crudo.

Las empresas demandan señales claras y concretas a la administración norteamericana para poder asumir el gran riesgo de estas inversiones, que son mucho más elevadas que en el caso del biotanol convencional de primera generación.

La actual normativa requiere que se utilicen 36.000 millones de galones de biocarburantes en 2022 cuando la producción actual es de solamente 9.000 millones de galones. Las previsiones son que en 2010 comience la producción comercial de bioetanol celulósico, con 1-5 millones de galones.

El conjunto de da industria del bioetanol está actualmente presionando a la Administración Norteamericana para que se incremente el porcentaje máximo de mezcla de bioetanol en la gasolina del 10 al 15%, lo que favorecería la producción. No obstante, a esta medida se oponen los fabricantes de automóviles, estando siendo objeto de estudio su posible impacto en los motores.