Las investigaciones dirigidas a combatir el hongo Mycosphaerella nawae, causante de la masiva caída de frutos y hojas en campos de caqui, han dado sus primeros resultados. El Instituto Agroforestal Mediterráneo, de la Universidad Politécnica de Valencia, concluye que los tratamientos preventivos experimentados con tres sustancias activas –Piraclostrobin, Captan y Mancozeb– son eficaces para frenar la plaga y no dejan residuos en la fruta. Al no estar autorizado el uso de estas sustancias activas para el caqui, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) solicita al Gobierno que sea diligente en la tramitación de las autorizaciones oportunas con el fin de poder aplicarlas ya en la próxima campaña.
Los productores de caqui han visto disminuir sus rentas en los últimos años al no tener a su disposición ningún producto fitosanitario legal y eficaz en la lucha contra el hongo. El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, valora que “la administración autonómica ha hecho sus deberes y ahora es el momento de que el Gobierno central se dé prisa en las tramitaciones, porque si llega tarde la próxima temporada de caqui podría volver a resultar desastrosa”.
La técnico del Instituto Agroforestal Mediterráneo, Mónica Berbegal, avanzó las conclusiones de la investigación ante decenas de productores durante la sectorial del caqui de AVA-ASAJA celebrada el miércoles pasado. Berbegal resuelve que los tratamientos curativos fracasan cuando se detecta la aparición del hongo, siendo necesario tratamientos preventivos en primavera. De las once sustancias activas que se han puesto a prueba, sólo las tres mencionadas han resultado válidas y además han superado los ensayos de residuos.
A propósito de la entrada de esta plaga en España, Aguado acusa al Ministerio de Medio Rural de actuar “con una falta total de transparencia ya que todavía no sabemos de dónde ha venido el hongo ni de qué manera ni cuándo entró en nuestro territorio”.
Asimismo, Aguado recrimina al Gobierno que “no haya mostrado ninguna sensibilidad por los agricultores afectados al no concederles ayudas, como sí hizo en su día la Conselleria de Agricultura”. Estas ayudas, que pueden alcanzar los 15.000 euros por explotación, pretenden recuperar el potencial productivo de los árboles afectados mediante prácticas culturales tales como un laboreo superficial que facilite la descomposición de las hojas caídas y afectadas y los tratamientos fungicidas con las materias activas, dosis y períodos recomendados. La investigadora Berbegal añadió durante la reunión la importancia de utilizar el riego localizado en los campos de caqui.
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