La “Alianza por la Unidad del Campo”, que conforman las organizaciones UPA y COAG, denuncian el enorme daño que han causado a los ganaderos de Castilla y León la decisión de los Consejos de Administración de Caja España y Caja Duero al permitir la venta de Puleva a la francesa Lactalis.
Este movimiento empresarial se produce en un momento crítico para los ganaderos de nuestra comunidad autónoma, que han visto como las entidades de ahorro regionales, han vendido a capital francés una vez más una empresa estratégica para el sector primario de la región, perdiendo con ello el control por parte de capital autonómico de lo que era Puleva.
`La Alianza por la Unidad del Campo´ considera bochornoso que en el momento en el que se tendría que haber reforzado la presencia de las Cajas en el sector agroalimentario de Castilla y León, sin embargo la apuesta haya sido huir dejando desamparados a los ganaderos de leche.
Resulta especialmente gravoso el hecho de que buena parte del ahorro de los ciudadanos y ciudadanas de nuestra región en su día se viera orientado a inversiones multimillonarias en determinadas empresas, precisamente con el argumento de que era necesario preservar el carácter nacional de las mismas. Sin embargo poco tiempo ha transcurrido para desenmascarar la verdadera intención e inutilidad de tales inversiones, quedándonos nuevamente la frustación por la pérdida de la capacidad de transformación y distribución de nuestras producciones agrarias y alimentarias.
Más lamentable resulta aún para COAG y UPA que dirigentes de una organización agraria de nuestra región que se sientan en los consejos de Administración de Caja España y Caja Duero hayan guardado un sospechoso silencio por esta maniobra nefasta para los intereses de los ganaderos de nuestra comunidad autónoma, en detrimento de otras empresas de Castilla y León que estaban interesadas en el paquete accionarial finalmente vendido a los franceses.
Conviene recordar que tras la venta de Puleva a la francesa Lactalis, los excedentes a bajo precio del país galo, (que tiene una cuota de producción de 25 millones de toneladas, muy por encima de su consumo interno), tendrán un nuevo aliado que, encima, habla el mismo idioma. Además, se aumenta la concentración y oligopolio de la industria láctea, tanto en la transformación como en la distribució, con el consiguiente aumento de poder respecto al eslabón más débil de la cadena, el de los ganaderos. Asimismo, conviene recordar que la mayoría de los grandes grupos de distribución son de capital francés, por lo que todos los eslabones de la cadena de valor de la leche, a excepción de parte de la producción, quedarán bajo el control del país vecino.
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