El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) al dictado de la Consejería andaluza de Agricultura ha publicado un Real Decreto (R.D 169/2010) que crea una situación de oligopolio en el sector del desmotado de algodón al impedir que opere la única desmotadora que funcionaba en el Aljarafe sevillano y que daba servicio a más de 700 agricultores.
El citado Real Decreto, que regula las ayudas del programa nacional de restructuración del sector algodonero, incluye una disposición adicional por la que se impide desmotar algodón a aquellas plantas de desmotado que no hayan trabajado al menos tres de las cuatro últimas campañas, lo que crea una situación artificial de oligopolio e impide no sólo que cualquier emprendedor pueda dedicarse a esta actividad, sino que también impide que desmotadoras que ya están en marcha y no se han acogido a las ayudas a la restructuración puedan operar.
De las ocho desmotadoras que quedan en España tras la restructuración del sector, la única que no cumple el requisito de haber operado en tres de las cuatro últimas campañas es la Algodonera Blanca Paloma, que dio servicio la campaña pasada, pero no las tres anteriores, por lo que con esta normativa se vería obligada a cerrar, dejando en la calle a 30 trabajadores en una comarca con escasas alternativas de empleo y con uno de los niveles de paro más elevados de la provincia de Sevilla, y perjudicando a un centenar de proveedores y a más de 700 agricultores.
La desmotadora Blanca Paloma, la única que opera en la margen derecha del Guadalquivir, está ubicada en la localidad sevillana de Aznalcázar y recoge la producción de algodón de los más de 700 algodoneros que tienen sus explotaciones en un radio de poco más de 30 kilómetros en las comarcas sevillanas de la Marisma y el Aljarafe y la onubense del Condado de Huelva. Si cierra Blanca Paloma estos agricultores se verán obligados, a partir de esta campaña, a enviar su algodón a más de 100 kilómetros de sus fincas, a alguna de las desmotadoras de la Vega de Sevilla o del Bajo Guadalquivir, lo que supone un elevado coste económico y medioambiental.
Desde ASAJA-Sevilla consideramos que la desmotadora Blanca Paloma es fundamental para atender a los agricultores de la margen derecha del Guadalquivir, por lo que si la Consejería de Agricultura no resuelve esta situación y corrige su error nos veremos obligados a elevar una denuncia a la Comisión Nacional de la Competencia, puesto que el citado Real Decreto vulnera la libertad de mercado y empresa y crea de facto una situación de oligopolio toda vez que sólo permite que se dediquen al desmotado de algodón aquellas empresas que lo hayan hecho en al menos tres de las últimas cuatro campañas, lo que supone crear unas condiciones artificiales que expulsan de este mercado a una competidora e impiden que otras empresas puedan dedicarse a esta actividad.
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