Hace unos días, la interprofesional avícola de EEUU, Nacional Chicken Council, presentó un informe en el que señalaba que los contratos de integración resultaban beneficiosos para los granjeros, como mostraba que muchas empresas tuvieran listas de espera para integrarse con ellas y que según una encuesta, un 75% de los avicultores estaba contento de estar en el sector.
Sin embargo, en una jornada sobre la competencia en el sector avícola, en la que han participado los máximos dignatarios de los Departamentos de Agricultura (USDA) y de Justicia de EEUU, algunos avicultores han mostrado su descontento con los contratos de integración, a lo que han calificado de injustos. Los puntos que han provocado más críticas fueron la duración de los contratos, los precios y la obligación de hacer reformas en las instalaciones.
El Secretario de Agricultura del USDA destacó en las jornadas que se han incrementado los fondos para aumentar las inspecciones y hacer cambios en la normativa si fuera necesario. También recordó que en diciembre de 2009 se publicó una nueva norma, que entró en vigor el pasado 4 de enero, para aumentar la transparencia y la información entre el integrado y el integrador en el sector avícola.
La norma establece que al integrado se le proporcionará una copia escrita del acuerdo de integración, en donde se recogerán los planes de mejora, copia que se tendrá que se tendrá que entregar al ganadero en el momento del acuerdo. Además, el integrador tiene que avisar con 90 días de antelación, sobre la cancelación del contrato. La norma también permite que los avicultores puedan discutir estos acuerdos con personas designadas. Hasta ahora, desvelar estos acuerdos a terceros era considerado una falta.
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