Destinar, de manera obligatoria, los excesos de cereal del mercado comunitario a la producción de etanol, podría ser una buena solución para estabilizar precio en los momentos de exceso de oferta. Retirar el superplus de cereal para almacenarlo en la intervención puede solucionar momentáneamente el problema, pero al final, solo se consigue engrosar las existencias, las cuales, tarde o temprano que tendrán que salir de nuevo al mercado.

Esta es una propuesta esbozada por la organización agraria holandesa LTO para controlar los excedentes de mercado y que está basada en la política comunitaria que obliga a incorporar un mínimo de un 10% de biocombustibles en la gasolina usada para el transporte por carretera en la UE en 2020.

El instituto holandés LEI ha evaluado la viabilidad de esta propuesta y la ha encontrado satisfactoria en las campañas en las que se produjeran variaciones de producción de cereales de un máximo de un 5%. Sin embargo, no lo sería para variaciones de producción de un 10%. No obstante, estas variaciones tan grandes solo se producen cada 20 años.

En el estudio de LEI se presenta un escenario de base para 2020 en el que la producción de cereales sería menor que la actual y llegaría a 260 millones de tn, el uso de cereales en la producción de bioetanol sería de 29,3 mill tn (casi 5 veces más que en 2008) y las importaciones de bioetanol en equivalentes de grano serían de 18,7 mill. tn (6 veces más que en 2008). En este escenario de base, el precio del cereal sería de 140 €/tn.

Los escenarios alternativos estudiados son que los rendimientos del cereal suban o bajen un 5% (lo que ocurren cada 3 años) o que suban un 10% (lo que ocurre cada 20 años).

De acuerdo con los cálculos realizados por LEI, si se aplicaran medidas de variar la cantidad de cereales que hay que destinar a la producción de etanol, los precios del cereal no variarían con modificaciones en el rendimiento de producción de grano de un 5%. Por el contrario, si no se aplicaran estas medidas, el precio de los cereales subirían en un 7% si los rendimientos bajaran en un 5% o bien los precios bajarían un 8% con aumentos del rendimiento de un 5%.

En el caso de que el rendimiento aumentara en un 10%, los precios de los cereales bajarían tanto si se aplicaran estas medidas como si no, aunque la bajada sería menor. Se registraría una reducción en el precio de un 4,5% aunque se aplicara un cambio en el uso de los cereales en la producción de etanol, incremento que sería de un 15,6% si no aplicara esta medida.