El invierno ha sido excepcionalmente húmedo durante el pasado año, en muchas regiones las precipitaciones han duplicado su media, y esta humedad ha dado unas condiciones muy favorables para el crecimiento de vegetación. Este dato que puede parecer positivo tiene su cara mala. La Federación Agroalimentaria de UGT considera que es previsible que las condiciones sean adversas y el riesgo de incendios aumente notablemente, ya que el matorral y el pasto que ha crecido se convierte en un combustible muy potente.
La Federación Agroalimentaria de UGT quiere denunciar el desinterés de las Comunidades Autónomas y del Gobierno Central demostrado hacia el sector forestal, especialmente en un año particularmente difícil como este. Por encima de la crisis que sufre el país, se trata de un sector que no sólo es estratégico por las posibilidades de creación de empleo que ofrece, sino que debería ser prioritario por ser la piedra angular de la conservación de los bosques y del medio ambiente por extensión.
La escasa cultura forestal que existe a nivel institucional y a nivel general en nuestro país, deriva en una mala gestión y en un deficiente aprovechamiento del medio, que está contribuyendo a la pérdida de gran parte de la masa forestal, y está acelerando el cambio climático, la desertización y la destrucción del Medio. En 2009 España sufrió 34 grandes incendios, en los que se destruyeron 110.783 hectáreas de bosque. A continuación, y como consecuencia de una mala gestión desde las Comunidades Autónomas, este año las lluvias han provocado inundaciones y catástrofes que el bosque original hubiera retenido. Por estos motivos es necesario que los Gobiernos se conciencien de la necesidad de apoyar a este sector.
El secretario de política forestal de la Federación Agroalimentaria de UGT, Antonio Gómez, explica que desde la sindicato se ha apostado siempre por la profesionalización de los trabajadores forestales que se dedican a la prevención y extinción de incendios, sin embargo, en numerosas Comunidades Autónomas no se apuesta por lo mismo. Es un hecho que en muchas ocasiones estos trabajadores y trabajadoras no gozan de la suficiente estabilidad en su empleo, y las plantillas son insuficientes en número para combatir los efectos de los incendios. En estas circunstancias también aumenta el riesgo que corren estos trabajadores, poniendo en peligro su propia vida, si no tienen los medios y el apoyo humano adecuado para llevar a cabo su trabajo. En 2009 fueron 13 personas las que fallecieron a causa de los incendios forestales y este año ya tenemos que lamentar la muerte de una persona en Formentera, Baleares. La Federación Agroalimentaria de UGT pide que se refuercen los equipos, especialmente en años en los que el riesgo es tan alto. Así, esperan no tener al final del año que contabilizar más desgracias personales.
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