El PE aprobó ayer el acuerdo de Ginebra sobre los aranceles a las importaciones de plátanos latinoamericanos, que pone fin a la disputa más larga de la historia del comercio internacional. El compromiso establece que la UE reducirá progresivamente los aranceles impuestos a los plátanos de América Latina, mientras que estos países acceden a retirar sus denuncias contra la Unión Europea en la OMC. El Parlamento alerta de que el acuerdo no reconcilia plenamente los intereses de las partes.
El acuerdo de Ginebra pone punto y final al trato preferencial a los exportadores de plátano de África, Caribe y Pacífico (ACP). A cambio, los países latinoamericanos se comprometen a retirar sus denuncias contra la UE en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y a dejar de exigir nuevos recortes en el marco de las negociaciones de la Ronda de Doha.
El acuerdo reducirá en ocho etapas los aranceles impuestos a la importación de plátanos latinoamericanos, desde el nivel actual de 176 euros por tonelada a 114 euros por tonelada para 2017. Los plátanos de los países ACP seguirán entrando en la UE libres de derechos de aduana y de contingentes. Además, los principales productores ACP recibirán del presupuesto de la UE una ayuda de hasta 200 millones de euros como compensación por la nueva competencia de los productores latinoamericanos.
Más ayudas para los productores de la UE
La Eurocámara ha aprobado una resolución en la que subraya que los productores de la UE «podrían resultar afectados en medida muy considerable» por los acuerdos sobre el comercio de plátanos y pide a la Comisión que se incrementen y se prorroguen hasta 2020, si es necesario, las ayudas a los productores de los países ACP y de la UE.
En este sentido, los diputados emplazan a la Comisión a que presente, tan pronto como sea posible, una evaluación de los efectos de los acuerdos sobre el comercio de plátanos en los países en desarrollo y las regiones ultraperiféricas europeas productoras de plátanos, que son las islas Canarias, Madeira, Reunión, Martinica, Guadalupe y Guayana.
La resolución también solicita adaptar el paquete de ayudas para los productores nacionales incluido en el presupuesto del Programa de opciones específicas por la lejanía y la insularidad (POSEI) para garantizar un apoyo financiero suficiente a los productores de la Unión. Además, se deben tomar nuevas medidas para garantizar que, ante la tendencia a la liberalización del mercado mundial del plátano, «los productores de la UE pueden mantenerse en el mercado y fomentar sus actividades tradicionales».
El texto pone de relieve que los plátanos constituyen uno de los principales cultivos agrícolas de algunas regiones ultraperiféricas de la Unión, en particular, los departamentos franceses de ultramar de Guadalupe y Martinica, las Azores, Madeira y las islas Canarias. Por este motivo, considera que se debe tener en cuenta la importancia socioeconómica del sector del plátano para las regiones ultraperiféricas y su contribución al objetivo de cohesión económica y social, «por su capacidad de crear renta y empleo, por las actividades económicas que genera y por el mantenimiento del equilibrio ambiental y paisajístico, que favorece el desarrollo del turismo».
Cifras de consumo
La UE es el principal consumidor mundial de plátanos. Más del 70% de los plátanos comercializados en la UE proceden de América Latina (principalmente de Ecuador, Colombia, Costa Rica y Panamá), cerca del 20% provienen de los países ACP (Camerún, Costa de Marfil, República Dominicana, Belize y Surinam) y el resto de la UE (islas Canarias, Madeira, Grecia, Chipre y los territorios franceses de Reunión, Martinica, Guadalupe y Guayana).
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