Cada vez se cultivan más eventos modificados genéticamente (MG) fuera de la UE y dada la gran dependencia del mercado comunitario a las importaciones de maíz y soja para poder alimentar a la ganadería, habría que buscar una solución al problema que presenta la norma de la tolerancia cero. La Universidad de Wageningen (Holanda) propone tres posibles actuaciones en su estudio “Implicaciones de las autorizaciones asíncronas de organismos modificados genéticamente (OMG) en las importaciones de la alimentación animal”, encargado por la Comisión Europea.
La norma actual de la tolerancia cero establece que la presencia, por pequeña que sea, de un OMG no autorizado en la UE, en un lote de cereal importado destinado a la alimentación animal, implica que se prohíba su entrada en el mercado comunitario.
El estudio recomienda como primera opción, que se agilice el proceso de autorización de MG para su utilización en alimentación humana y animal, importación y procesado. Esta medida, por un lado, favorecería la tramitación del creciente número de solicitudes que se presentan y por otro, porque se reduciría la proporción de eventos que quedarían fuera de la aplicación de la norma de tolerancia cero.
Una segunda opción sería la aprobación de un cero técnico, es decir, un umbral muy bajo pero por encima de cero. Esta opción ya la ha propuesto la Comisión Europea hace unos meses, que planteó cambiar el umbral del 0% por un máximo de un 0,1%. Sin embargo, los Estados miembro no llegaron a ningún consenso en relación con dicha propuesta.
Una tercera opción sería anticiparse a un escenario con escasez de alimentación animal, por lo que el estudio recomienda que se analice la posibilidad de ampliar la lista de ingredientes que se pueden usar en piensos.
El estudio hace hincapié en la importancia de buscar una solución al problema de la tolerancia cero, debido a que la demanda mundial de maíz y soja aumenta en el mundo, especialmente en China, que no impone normas de tolerancia cero. Por el contrario, la demanda de la UE se ha mantenido constante en los últimos años, por lo que su importancia relativa está disminuyendo. En consecuencia, cada vez va a haber menos operadores internacionales interesados en asumir el coste extra de la segregación (líneas separadas para granos MG) que impone la UE cuando pueden vender a otros compradores que exigen menos complicaciones.
Según el estudio, si el comercio con EEUU, Brasil y Argentina, que son los principales suministradores de soja al mercado de la UE, se interrumpiera, el precio del grano y de la torta de soja se podría incrementar en un 210% en los próximos 1-2 años.
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