¿Qué se entiende por
«captura y almacenamiento de carbono» (CAC)?
Por
«captura y almacenamiento de carbono» (CAC) se entiende
una serie de tecnologías que absorben el dióxido de
carbono (CO2)
emitido por instalaciones industriales que utilizan
combustibles fósiles, lo transportan hacia un
emplazamiento adecuado y lo almacenan en formaciones
geológicas subterráneas, retirándolo así de la
atmósfera.
¿Por qué necesitamos la
CAC?
La
Unión Europea se ha comprometido a reducir antes de 2050
sus emisiones de gases de efecto invernadero entre un
80 % y un 95 % en comparación con los niveles de 1990,
según sea necesario para mantener el aumento de la
temperatura global por debajo de los 2 ºC. Hay muchos
medios de lograr la descarbonación, por ejemplo la
eficiencia energética, una mayor utilización de las
energías renovables y el recurso a fuentes de energía
sin carbono. No obstante, en un contexto de demanda
creciente de energía, que en gran parte es probable que
se satisfaga con combustibles fósiles, la introducción
generalizada de la CAC puede ser una de las soluciones
necesarias de mitigación.
El
papel de la CAC en la mitigación del cambio climático de
una manera rentable quedó confirmado en la Hoja de Ruta
de la Energía para 2050 y en la Hoja de ruta hacia una
economía hipocarbónica competitiva en 2050, publicadas
por la Comisión Europea en 2011, en las que todos los
escenarios presentados implican el recurso a la CAC.
¿Qué finalidad tiene la
Comunicación que se publica hoy?
La
Comunicación que se presenta hoy resume la situación en
que se encuentra la CAC y señala los obstáculos que han
frenado el avance de la tecnología en Europa al ritmo
previsto inicialmente en 2007. A continuación, expone
algunas de las opciones posibles para promover la
demostración oportuna y el rápido despliegue de la CAC
en Europa, así como para reforzar su viabilidad
comercial a largo plazo. Se espera obtener la opinión de
las partes interesadas sobre cuál podría ser el mejor
marco político que permita materializar sin más retrasos
la demostración y el posterior despliegue de la CAC, si
resulta ser comercial y técnicamente viable.
¿Hasta qué punto está
consolidada la CAC desde el punto de vista técnico?
En
todo el mundo se están realizando con éxito más de
veinte proyectos de demostración a pequeña escala de la
CAC, dos de los cuales están teniendo lugar en Europa
(Noruega), pero ninguno en el territorio de la UE. La
mayoría de esos proyectos son aplicaciones industriales,
por ejemplo sobre el tratamiento de petróleo y gas o de
producción química, en los que la captura de CO2
responde a razones comerciales. Ocho de esos proyectos
cuentan con la cadena completa de la CAC, y cinco de
ellos son económicamente viables gracias a una
recuperación mejorada de petróleo, en la que el CO2
se utiliza para intensificar la extracción de crudo.
No
obstante, la CAC aún no se aplica a gran escala para
mitigar el cambio climático. Sigue siendo difícil, por
tanto, reducir costes y garantizar la viabilidad
comercial.
¿Por qué no ha ganado aún terreno la CAC en la UE?
La
ejecución de los proyectos de demostración previstos en
Europa ha resultado más difícil de lo esperado debido a
una serie de factores, pero sobre todo por la ausencia
de viabilidad comercial a largo plazo y por el coste de
la tecnología CAC. Con los precios actuales del carbono,
muy bajos, y sin ninguna otra limitación jurídica ni
incentivos, los agentes económicos no tienen ningún
motivo para invertir en CAC. Algunos proyectos (los que
preveían el almacenamiento en tierra) se enfrentaron a
una fuerte oposición pública. Aunque es probable que
exista en Europa una capacidad de almacenamiento
suficiente, no toda esa capacidad es accesible ni está
localizada cerca de los emisores de CO2.
Algunos Estados miembros han decidido prohibir o
restringir el almacenamiento de CO2
en su territorio. Además, se necesita una
infraestructura de transportes adecuada para conectar
eficientemente las fuentes de CO2
y los sumideros.
¿Cuánto costará la CAC?
Según
estudios recientes del Centro Común de Investigación, se
calcula que las primeras centrales CAC de generación van
a resultar entre un 60 % y un 100 % más caras que las
centrales convencionales similares, dependiendo de la
tecnología de captura que se elija. Cuando empiecen a
implantarse las centrales CAC, irán reduciéndose los
costes gracias a las actividades de I+D y a las
economías de escala. El coste de la captura de CO2
para las aplicaciones industriales dependerá también de
la aplicación, pero, en muchos casos, puede ser inferior
al de la generación de electricidad, debido a la mayor
concentración de CO2
en los gases de combustión.
Las
estimaciones en cuanto a los costes de explotación de la
CAC varían en función del combustible, la tecnología y
el tipo de almacenamiento, pero la mayoría de los
cálculos sobre los costes corrientes los sitúan entre 30
y 100 EUR/t de CO2
almacenada (una media de 40 EUR/t de CO2
no emitida en el caso de la centrales de carbón; y 80 EUR/t
de CO2
no emitida en el de las centrales de gas natural).
También hay que tener en cuenta los costes de transporte
y almacenamiento, que se espera se reduzcan
considerablemente a medida que la tecnología se pruebe a
escala comercial.
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