La Comisión Europea está preparando unas normas de etiquetado sobre el origen de la carne de porcino, ovino y aves, en las que parece ser, no tendría previsto que se indicara el país de nacimiento de los animales. Estas nuevas normas solo exigirían que en el etiquetado se señalara a donde se ha producido la última parte de la cría del animal, así como donde se ha sacrificado.
Esta propuesta que todavía no se ha presentado formalmente, ya está levantando muchas críticas. Para los ganaderos ingleses, se trataría de una propuesta hecha en beneficio de los países que venden animales vivos para su cría o sacrificio en otro país. Tal sería el caso de Alemania que compra muchos animales de los países vecinos para sacrificar en Alemania. Según las normas que parece que la Comisión está preparando, un cerdo nacido, criado y cebado en Holanda, con que pasará unos ciertos días en Alemania terminando el cebo y fuera sacrificado en Alemania produciría carne que se etiquetaría como carne alemana, cuando ha nacido y ha pasado la mayor parte de su vida en Holanda.
Según parece, el motivo que podría haber llevado a la Comisión a barajar no exigir que se indique el país de nacimiento es que podría ser un coste extra que el consumidor no estaría dispuesto a asumir.
La europarlamentaria francesa Maire de Morlaix ha escrito una carta abierta a Tonio Borg, Comisario de protección de los consumidores, en el que le pide que la carne usada en platos preparados tenga un etiquetado del origen. La europarlamentaria pide al resto homólogos que suscriban dicha carta, especialmente, cuando no hace ni 8 meses que se produjo el escándalo de la carne de caballo.
Para Borg, el fraude de la carne de caballo y el etiquetado del origen son temas distintos, según ha manifestado en un entrevista.
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