Ahora que se están terminando de perfilar los Programas de desarrollo rural (PDRs) en las distintas Comunidades Autónomas, SEAE recuerda que su aplicación debe incluir un apoyo expreso a la producción ecológica, por ser la que ofrece mayores beneficios al medio ambiente y a la salud. Por ello, se debe reconocer económicamente ese aporte que hacen los agricultores y ganaderos ecológicos.

En este sentido SEAE, ha dirigido una carta a todas los responsables de las Consejerías y/o Departamentos de Agricultura y Desarrollo Rural, explicando los beneficios que tiene este modelo de producción de alimentos y recomendando la inclusión de esa medida especifica que mantenga/incremente las compensaciones económicas (ayudas) a los operadores ecológicos y pidiendo que hagan una apuesta política y se comprometan con ese modelo de producción respetuoso con el medio ambiente, en vez de repartir el dinero público para contentar a todos (“café para todos”), sin considerar los servicios que prestan al bien común, como ha sido la pauta general en los últimos años. Los PDRs son la oportunidad para “enverdecer” la nueva PAC con medidas que realmente favorezcan a todos.

Los beneficios de la producción ecológica van desde la conservación y mejora de la fertilidad del suelo y la preservación del agua, el fomento de la biodiversidad, el mantenimiento del equilibrio medioambiental, hasta el mantenimiento del tejido social en el mundo rural. Además, es garantía de un modelo de alimentación sana y saludable para todos y cumple todos los requisitos que conforman los objetivos que se buscaban en la actual reforma de la PAC.

Recordemos que en este nuevo periodo de programación 2014-2020, se ha establecido una medida específica voluntaria de agricultura ecológica, que reconoce la contribución de la AE a varios objetivos y prioridades del desarrollo rural, sustituyendo a las medidas agroambientales, esquema en el cual se incluyó la agricultura ecológica. El esfuerzo presupuestario que ahora deben hacer las CCAA es mayor que en otros años, y ahora más que nunca depende de la voluntad de los políticos autonómicos el dirigir las ayudas hacia un lado u otro