En la campaña 2017/18, los productores de patata de noroeste de Europa (Francia, Alemania, Reino Unido, Holanda y Bélgica) han detectado que los principales problemas con los que se enfrentan son la elevada producción, las elevadas existencias y los problemas con el almacenamiento.

Según los datos de la Asociación de los productores de patata de noroeste de Europa (NEPG), las existencias de patata que aún quedan por vender son más altas que el año pasado (un 36% más altas) y más elevadas que la media de los últimos 5 años. Actualmente se ha vendido el 53% de las existencias almacenadas, mientras que la cantidad vendida el año pasado en la misma fecha fue del 67%.

Con un 6% más de superficie cultivada y un 11% más de rendimiento que el año anterior, actualmente hay demasiadas patatas en el noroeste de Europa, lo que ha distorsionado el equilibrio entre la oferta y la demanda, generando un efecto negativo en los precios actuales del mercado, a pesar de que la industria de procesado ha mostrado un aumento de la demanda en un 15% sobre la media de los últimos 5 años. Los países del Noroeste de Europa están optando por la exportación de patata fresca, por los buenos precios.

En cuanto a las siembras para la próxima campaña hay bastante incertidumbre sobre cuando se van a realizar. Las condiciones demasiado húmedas del suelo en combinación con el actual período de heladas implica hace que no sea factible un inicio temprano de la temporada de siembra. Estas siembras tempranas ya se ha pospuesto en algunas zonas de Alemania.

En base de la situación actual, y de cara a la próxima temporada, la NEPG estima precios contractuales más bajos para la patata para industria que la campaña pasada y la anterior. Barajan una reducción de un 5-10%, que dependerá del tiempo de entrega, la variedad y el cliente. La reducción de precio para la patata temprana es la más alta. Según la NEPG, los precios que se están ofertando en los contratos no son rentables para los productores.