Un año después del incendio, en las zonas tratadas el porcentaje de suelo desnudo es del 11 %, inferior al umbral de riesgo de erosión, cifrado en un 30%, que es precisamente el de las zonas no tratadas.
La aplicación de paja no ha interferido en la recuperación de la vegetación. La nueva cobertura vegetal procede mayoritariamente de especies herbáceas y matas: Coronilla minima, Dorycnium pentaphyllum, Echium sp, Linum cf suffruticosum, Medicago sativa y Onobrychis sp.
Para la puesta en marcha del proyecto piloto, se seleccionaron dos zonas de actuación en atención al riesgo de erosión y a una ubicación accesible que facilitase la distribución de la paja sin riesgos para el personal voluntario.
Entre ambas suman aproximadamente 3.000 metros cuadrados, y están situadas en el paraje Cerro del Sastre- Cabecera del barranco del Cuervo (entre Gátova y Segorbe). Tienen una pendiente del 15% y estaban cubiertas antes del incendio por pinar joven de regeneración sobre antiguos bancales abandonados.
En la Zona A, la aplicación del acolchado de paja se realizó a principios del mes de noviembre de 2017. En diciembre se realizó el tratamiento en la Zona B, donde además de la paja, se utilizó un aglomerante a base de endospermo de semillas que actúa como pegamento natural, fijando el acolchado. En ambas zonas las dosis final de aplicación de la paja fue de unas 150 toneladas por hectárea.
La realización de este proyecto ha contado con la participación de los vecinos de Gátova (Gátova Avanza), del grupo de voluntariado corporativo de la empresa Suavizantes y Plastificantes Bituminosos S.L., del grupo Scout Orión – Moviment Escolta de València y de la Fundación Naturalife.
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