La Organización Interprofesional del Tabaco de España (Oitab) ha afirmado que la Secretaría del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desconoce la realidad del cultivo de tabaco porque sistemáticamente se niega a escuchar a los agricultores y, en consecuencia, los informes que realiza sobre el impacto medioambiental del cultivo contienen importantes imprecisiones.
Este será uno de los puntos que los representantes de Oitab junto a sus homólogos europeos analizarán durante el 36 Congreso de la Unión de Cultivadores de Tabaco de Europa (UNITAB), que se celebrará en Bruselas del 15 al 17 de octubre. Durante la reunión, los productores europeos abordarán además los desafíos regulatorios en el marco del CMCT y la nueva Directiva de Productos del Tabaco, las perspectivas de evolución del mercado de tabaco crudo, la reforma de la Política Agraria Común (PAC) o la adaptación de la producción a las nuevas demandas del mercado.
El director general de Oitab, Ricardo Miranda, subrayó que todo el cultivo de hoja de tabaco en España se realiza con estrictos controles que facilitan que sea actividad agraria sostenible tanto desde el punto de vista medioambiental como económico. La producción cuenta con dos verificaciones externas: una de las autoridades agrarias (Junta de Extremadura y Ministerio de Agricultura), y otra de los compradores (fabricantes), a través de sus programas de sostenibilidad (STP, Sustainable Tobacco Programme).
Cultivo sostenible
De esta forma, el cultivo de hoja de tabaco en Extremadura, que produce el 99% del total nacional, se realiza bajo criterios de Producción Integrada, es decir, mediante prácticas de cultivo que respetan el medio ambiente y utilizan métodos que disminuyen el uso de productos químicos o de recursos hídricos. Los cultivadores que asumen el compromiso de realizar un manejo integrado de sus explotaciones lo hacen durante seis años y el cumplimiento de sus obligaciones es certificado anualmente por entidades de inspección, acreditadas por ENAC (Entidad Nacional de Acreditación) y autorizadas por la Junta de Extremadura.
Es importante destacar que, entre 2011 y 2015, los agricultores han invertido 60 millones de euros en sus instalaciones de curado para sustituir el empleo de combustibles fósiles (como gasóleo o propano) por biomasa. En la actualidad, un 70% del tabaco se cura con energía proveniente de la biomasa, y solo el 30% restante se hace con energía de combustibles fósiles.
España es el tercer país productor de la Unión Europea con una producción en la presente campaña 2018/19 de 29.273 toneladas y una superficie cultivada de 8.827 hectáreas. El cultivo de tabaco es además el motor económico del norte de Cáceres, donde genera un impacto económico de 120 millones de euros[1], y el liderazgo en las exportaciones agrícolas de la provincia de Cáceres.
En su conjunto, las actividades ligadas al cultivo y primera transformación de hoja de tabaco generan en torno a 3.400 empleos anuales. Precisamente, el peso de esta producción agrícola y la ausencia de alternativas económicamente viables exigen velar por su continuidad.
La OITAB integra a la Federación Nacional de Cultivadores de Tabaco (Asaja), Cooperativas Agro-alimentarias, la Asociación Provincial de Cultivadores de Tabaco de Granada, UPA y la Asociación Nacional de Empresas Transformadoras de Tabaco (ANETAB), que integra a su vez a Cetarsa, Deltafina y Agroexpansión.
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.