Ante la detección de la avispilla del almendro en diferentes plantaciones de Tarragona y Lleida, el Departamento de Agricultura de Cataluña recomienda a los productores de este cultivo retirar y quemar durante el invierno las almendras afectadas que hayan quedado en el árbol o en el suelo antes de que emerjan las nuevas avispillas en primavera.

La destrucción mediante la quema de las almendras evitará que el vuelo de las avispillas adultas pueda propagar la plaga dentro y fuera de la plantación. En este sentido, también es conveniente evitar el transporte de las almendras afectadas.

La Administración también insiste a realizar de cara a la primavera, en las plantaciones afectadas, los tratamientos fitosanitarios con los productos y en los momentos más adecuados, siguiendo los avisos fitosanitarios del Servicio de Sanidad Vegetal y de los técnicos de las Agrupaciones de Defensa Vegetal ( ADV).

Por otra parte, desde el Departamento de Agricultura se llevan a cabo una serie de medidas para controlar la propagación del insecto, como la realización de prospecciones y delimitación de las zonas afectadas, una hoja informativa sobre cómo actuar en caso de afectación, emisión de Avisos fitosanitarios, así como el ofrecimiento de información por parte de técnicos de las ADV y Jornadas informativas.

La presencia de este insecto proveniente del oeste de Asia en una plantación se manifiesta de diferentes formas en función del momento evolutivo en que se encuentra la avispilla. Así, en invierno es palpable que las almendras afectadas quedan adheridas al árbol y se van oscureciendo y hasta volverse negros. Más tarde, en primavera, salen los adultos de las almendras y se ve el orificio de salida, que hace entre 1 o 2 mm. Posteriormente, cuando la hembra pone el huevo, a veces, se puede ver una gota de melaza en el punto donde la hembra lo ha insertado. En verano, las almendras con la larva dentro tienen aspecto deshidratado, de color marrón-grisáceo.