El consejero de Desarrollo Rural de Cantabria, Guillermo Blanco, ha anunciado que su Gobierno ha iniciado el proceso para ampliar la Indicación Geográfica Protegida (IGP) ‘Carne de Cantabria’ con cuatro nuevas razas de ganado bovino: charolesa, pirenaica, blonda de Aquitania y fleckvieh.
La Consejería encargó un informe a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza que abala la incorporación al sello de calidad de estas razas cárnicas. El informe valora las prácticas de cría y alimentación con amamantamiento, junto con el aprovechamiento tradicional de los pastos. De esta forma, no se tiene tanto en cuenta la raza del animal sino sus cuidados.

En consejero presentó esta información a finales de diciembre, en una reunión a la que asistieron el presidente de la Federación de Asociaciones de Criadores de Ganado Vacuno de Razas Cárnicas de Cantabria, Lorenzo González; Pedro Jose Robledo en representación de la raza pirenaica; José Luis Castillo como representante de la asociación de raza fleckvieh; Juan José Velarde de la organización de raza charolesa; y Jaime Ruiz en representación de la asociación blonda de Aquitania.
Todos ellos han coincidido en mostrar su “gran satisfacción” porque este consejero ha sido capaz de desbloquear la ampliación de la IGP de Cantabria y ha demostrado su compromiso firme con este proyecto y con los ganaderos de Cantabria.
Una IGP consolidada
La Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente impulsó en 2001, junto con las organizaciones agrarias de la región, la creación de un sello de calidad para reconocer y amparar la producción de carne de Cantabria con el objetivo de generar rentas a los ganaderos, asentar a la población rural y ofrecer a los consumidores de un producto obtenido de forma tradicional y con las máximas garantías de calidad y trazabilidad.
Así, ese mismo se aprobó el reglamento de la IGP ‘Carne de Cantabria’ y pasó a formar parte del registro de productos de calidad de la Unión Europea en 2004, regulando tanto las razas autorizadas (tudanca, monchina, pardo-alpina, limusina, asturiana y sus cruces), como el sistema de producción, la alimentación y la presentación del producto, teniendo en cuenta que todo el proceso desde que nace el animal hasta el sacrificio ha de realizarse en Cantabria.
También establece el sistema de control al que han de someterse, tanto las explotaciones como las industrias de manipulación, así como un sistema de sellado e identificación de canales y piezas que permite su identificación en cualquier momento de su faenado y comercialización, garantizándose de este modo la trazabilidad del producto y por tanto su origen.
Este sistema de control de la carne es llevado a cabo por la Oficina de Calidad Alimentaria de Cantabria (ODECA) a lo largo de todo el proceso productivo para poder realizar el seguimiento de la trazabilidad a lo largo de la cadena, desde las explotaciones ganaderas, las industrias y la distribución hasta el consumidor final.
Desde que inició su andadura hace 16 años, la IGP ‘Carne de Cantabria’ ha contado con el apoyo institucional del Gobierno autonómico a través de acciones de publicidad y promoción, tales como la presencia en las ferias más importantes a nivel regional y nacional, presentaciones y campañas de publicidad en medios de comunicación.
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