Los agricultores de Castilla y León ya están preparando sus fincas para iniciar a partir de marzo la siembra de la patata. A primeros de mes, ya se empezarán a sembrar las variedades más tempranas, como las colombas. Los elevados costes de producción están generando mucha incertidumbre, así como también la falta de agua para el riego.
Los costes de la energía se han disparado. Este es el coste de producción que más ha subido, recuerda Eduardo Arroyo, presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León (APPACYL) en declaraciones a Agrodigital.com. Mientras que antes se pagaba a 6 cts el kw-h en periodo valle, ahora está a 23 cts. Los fertilizantes han doblado su precio y los fitosanitarios lo han incrementado en un 20-25%.
En noviembre, en APPACYL calcularon que para esta campaña 2022, los costes de producción se iban a incrementar en unos 1.400 €/ha, sobre los 6.500 €/ha de coste medio en 2021. No obstante, Arroyo señala que han tenido que volver a revisar estos cálculos al alza ya que no pensaban que el coste de la electricidad iba seguir subiendo, como así ha sido y además, a niveles insospechados. Por este motivo, ahora estiman un incremento de los costes de producción en torno a los 1.800-2.000 €/ha, correspondiendo la mitad del mismo a la subida del precio de la electricidad. Por tanto, los costes se han incrementado en torno a 4 cts/kg de patata para 2022.
Actualmente, ya hay un elevado porcentaje de contratos firmados, generalmente con unos incrementos de entre 2 y 3 cts. Arroyo recomienda que no se firmen contratos por debajo de los 20 cts, en el caso de patata de lavado fino y por debajo de 17 cts para patata para industria.
Hay compradores que están ofreciendo diferentes condiciones y diferentes precios, por lo que a su vez, hay agricultores que si bien antes hacían contrato, ahora han optado por ir al mercado libre, al no estar de acuerdo con el precio que se les ofrecía por no cubrir los costes de producción. Han preferido correr el riesgo de ver a qué precio estará la patata cuando la arranquen. Arroyo entiende la decisión de estos agricultores, pero lamenta que se vaya en retroceso en la contratación, que tanto ha costado que se fuera implantando en los últimos años.
En la campaña pasada se sembraron 17.318 ha en Castilla y León, según los últimos datos de la Junta. Para este año se espera poder llegar a 15.000-15.500 ha.
En Francia, la situación es similar a la España, en el sentido de la incertidumbre que planea sobre los agricultores. Los costes de la energía les influyen menos que a los patateros españoles, porque tienen menos necesidades de regar, si bien también están teniendo que soportar importantes incrementos en los precios de los medios de producción.
La NEPG, asociación que agrupa a los productores de patata de Alemania, Holanda, Bélgica y Francia, aconseja a sus agricultores que antes de firmar un contrato, se fijen bien si el precio que les ofrecen cubre sus costes de producción. Insisten en que no se fijen en los costes medios de su zona sino que calculen sus propios costes de producción para verificarlo. Las industrias patateras del norte y oeste de Europa, con el fin de asegurarse el abastecimiento, están ofreciendo contratos de patata para industria entre 2,45 y 4 céntimos/kg más altos.
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