La Confederación francesa de Cultivadores de Remolacha (CGB) defiende la necesidad de asegurar el cultivo de la remolacha ante el aumento de los costes de producción y energía , la presión de los cultivos alternativos y los riesgos de impases agronómicos inducidos por decisiones políticas europeas tomadas sin un estudio de impacto.

A medida que se acercan las decisiones de rotación de cultivos para 2023, la CGB está especialmente preocupada por la falta de información de los grupos cooperativos franceses sobre los precios de la remolacha, frente a los privados franceses, así como la mayoría de los grupos cooperativos o privados europeos, que ya han anunciado sus precios, siendo en muchos casos, superiores a 35 €/t para la remolacha 2022.

La guerra de Ucrania ha aumentado los costes de los fertilizantes y del combustible, lo que ha añadido un incremento adicional de los en un 20-25% en 2022 con respecto a 2021, según las estimaciones de la Confederación Internacional de Remolacheros Europea (CIBE). Si a este incremento de costes se une las fuertes restricciones agronómicas (obligaciones vinculadas a la sucesión de cultivos, presiones de parásitos) o importantes renovaciones de compromisos cooperativos, para la CGB es más necesario que nunca, el anuncio claro de precios para consolidar el cultivo de remolacha.

No hay que olvidar que la superficie cultivada de remolacha en la UE ha ido descendiendo continuamente desde la campaña 2017/18. La superficie de remolacha de 2022/23 es un 2% más baja que la de 2021/22 y un 12 % inferior a la de 2017/18. El número de cultivadores de remolacha también ha disminuido significativamente: menos un 18 % en 2021/22 en comparación con 2017/18, de acuerdo con los datos de la CIBE. Para la organización, las razones de esta tendencia a la baja es una combinación de varios factores como bajos precios del azúcar y la remolacha, cuestiones relacionadas con la sostenibilidad del rendimiento y una disminución del atractivo de la remolacha azucarera y la confianza en el futuro.