Ayer se reunió la Mesa de la Langosta en Extremadura, para tratar la situación extraordinaria por la visibilidad de distintos enjambres de langosta en los últimos días, especialmente en la zona de Cabeza del Buey y de Zarza Capilla.
Para la Junta de Extremadura, la situación actual en la que se encuentra la plaga es en su fase final de desaparición, por lo que las acciones que se han decidido son de cara a la campaña próxima:
- IIncrementar los distintos canales de información de cara a la próxima campaña, creando a su vez un clima de mayor fluidez comunicativa con los ganaderos y agricultores, solicitando la colaboración de los mismos para que trasladen los datos necesarios con respecto a las puestas en sus fincas, para que los equipos de prospección y de tratamiento puedan adelantar sus trabajos, y así tratar esas zonas para prevenir ante situaciones similares.
- Tomar medidas sobre las puestas, con la posibilidad de roturar algunos de los terrenos donde las hayan realizado durante los meses de otoño, para disminuir que puedan salir las larvas el próximo año.
- Las superficies en ecológico han podido ser origen de algunos nacimientos de esas larvas por lo que quieren trabajar con el Ministerio de Agricultura para realizar algún tipo de tratamiento o plan de choque sobre esas explotaciones ecológicas, con algún producto autorizado o con tratamientos que puedan ser mecánicos, y que de alguna manera puedan disminuir la población de langosta para el año que viene.
La Junta ha recordado que en el 2022, sin haber terminado el año, tienen en la zona de la provincia de Badajoz 271 ha tratadas, que fundamentalmente se corresponden con la zona de la serena, mientras que en la provincia de Cáceres no ha hecho falta. En el 2021 fueron 157 ha, es decir, casi el doble de hectáreas tratadas en 2022 que en 2021.
La campaña se realiza desde hace años en Extremadura, con un coste para la administración cercano a medio millón de euros, en la cual trabajan 50 personas, desde prospectores a técnicos, en la prevención y en el tratamiento de la aparición de masas de langosta en la zona de la serena, de los Llanos de Cáceres y en la zona de Brozas.
Propuestas de UPA-UCE
UPA-UCE Extremadura ha trasladado una batería de propuestas en la Mesa de la Langosta:
- Realizar un seguimiento de los daños a través de los ayuntamientos más afectados para poder hacer una valoración del alcance de los daños.
- Establecer algún tipo de ayuda de apoyo para los productores afectados.
- Mejorar la información a difundir para las próximas campañas a través de un teléfono directo para todos aquellos productores que detecten problemas en sus fincas. El objetivo de facilitar este contacto es para que los afectados puedan notificar los daños y así poder realizar una actuación rápida de la plaga.
- Elaborar un tríptico informativo para los agricultores y ganaderos con los pasos más importantes a seguir para tratar esta problemática en las explotaciones extremeñas.
- Realizar jornadas informativas con los productores en los municipios afectados.
La plaga de la langosta es una plaga bíblica, es decir, muy antigua y solo se da en lugares inhabitados o abandonados, por las circunstancias que sean y actualmente se podrían calificar de circunstancias «socio-políticas-económicas», por todo lo que estamos atravesando los que amamos al campo como productor de riqueza (trabajo + dinero).
En la bibliografía que se estudiaba en aquellos años universitarios, se mencionaba el «Valle de Alcudia» como lugar propenso a esa plaga . La alcudia que se mencionaba, no sabía donde situarla, aunque pienso que lo que me hubiera gustado conocer era ver esas nubes de langosta, cosa que se hizo realidad cuando me invitó el Ejército a pasar casi 2 años en Ifni y como todo llega, un día a finales del 1970, que hubieron heladas enormes, buscando un camino para ir a Valencia desde el Valle de los Pedroches, atravesé dicho Valle. Estaba cubierto de nieve pero lo ví y eso representaba una satisfacción y un reto, ya que había estado por varias «Alcudias», (Valencia y Mallorca).
Volviendo a los tiempos actuales y evitando contaminar, la langosta pone sus huevos en un canuto enterrado y eso, desde siempre, no puede darse en suelos que se les dé una labor en su momento apropiado y ahí entran los técnicos de campo para saber la época y momento adecuado.