Para la próxima campaña, se baraja un descenso en la superficie cultivada de ajo. Esta previsión se va corroborando según pasan los meses. Se estima que la bajada en superficie para la próxima campaña puede, incluso, superar el 25% con respecto al año anterior. La siembra del ajo temprano empezó meses atrás, pero la falta de agua, y los costes elevados de energía, arrendamientos y mano de obra, hacen prácticamente inviable su cultivo del ajo, señalan desde la Asociación Nacional de Productores y Comercializadores de Ajo, ANPCA

Además, habría que sumar toda la inversión necesaria para cumplir con el aluvión de legislación que se avecina, como la ley de envases, la ley de reducción de uso de fertilizantes, la de contratos agrarios, el sistema de información de explotaciones agrarias (SIEX), la gestión de la nueva PAC y los ecoesquemas, etc, junto con la estrategia emprendida por la Comisión Europa denominada “Farm to Fork”, que está llevando al límite la posibilidad de cultivar ajo en Europa, ante la gran complejidad burocrática con la que se está cargando al sector, indican desde ANPCA.

Por este motivo, `piden, junto con el resto de las asociaciones pertenecientes a FEPEX, una moratoria para la entrada en vigor del paquete legislativo porque es imprescindible para poder afrontar la avalancha normativa y burocrática que al sector se le viene encima y evitar que miles de agricultores abandonen no solo el cultivo del ajo, sino el campo español en los próximos años.

ANPCA actualmente es la mayor asociación europea de productores y comercializadores de ajo, con una superficie asociada de 15.397 hectáreas en este año 2022, y un volumen de más de 256 millones de kilos comercializados en la pasada campaña, lo que supone una cifra superior al 80% del total comercializado de España, y un 65% del total de Europa. Actualmente cuenta con 67 empresas comercializadoras asociadas y casi 1.800 productores de ajo.