El trigo con aristas consigue granos con más peso que el que no tiene, pero disminuye el número de semillas. Así lo afirma un estudio liderado por Agrotecnio, con investigadores de la Universidad de Lleida (UdL) y la Universidad de Barcelona (UB), publicado en la revista Trends in Plant Science. Las variedades que no tienen suelen abundar en las regiones con climas áridos, especialmente durante las fases finales del cultivo a finales de primavera, una condición típica de los ambientes mediterráneos. Los científicos consideran que son necesarias más investigaciones para aclarar si existe una verdadera contribución de las aristas al rendimiento del cereal.
Después de miles de años de selección humana, los trigos desnudos domesticados tienen una arista más corta o inexistente para facilitar la cosecha, manipulación y almacenamiento del grano; pero coexisten ambos tipos. «El papel de las aristas de trigo en el rendimiento sigue siendo controvertido a pesar de décadas de estudios», explica el profesor e investigador ICREA de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y Forestal y de Veterinaria (ETSEAFIV) de la UdL Gustavo Slafer , autor principal del artículo.
El equipo, con personal investigador del Centro internacional de mejora del trigo y el maíz (CIMMYT) de México, ha descrito la evolución y la domesticación de las aristas de la espiga de esta gramínea, desde que empezó el su cultivo en la antigua Mesopotamia hace unos 12.000 años, cuantificando su papel en la fotosíntesis de la espiga y el rendimiento en entornos contrastados. «No es hasta el último milenio que las evidencias muestran en muchos casos ausencia de aristas, lo que indica una selección en contra de este órgano por parte de los agricultores, probablemente de forma no dirigida», explica el catedrático de la UB e investigador de Agrotecnio Josep Lluís Araus.
Los científicos han revisado los estudios realizados hasta ahora sobre el trigo con y sin aristas. En condiciones áridas, las aristas permiten que la luz que capta el trigo sea más difundida, lo que facilita una mejor distribución de la energía lumínica y permite una mayor fotosíntesis. Mientras, en climas más húmedos acumulan agua y pueden promover la propagación de enfermedades.El metaanálisis realizado en esta revisión muestra que la presencia de aristas aumenta significativamente el peso medio del grano en un 5% a expensas del número de semillas, que se reduce en un 3% independientemente de las condiciones ambientales de crecimiento. «No hay evidencias claras de ninguna ventaja o desventaja clara para el rendimiento del trigo por tener espigas con o sin aristas», concluye Slafer.
Por todo ello, el estudio reivindica futuras investigaciones en un abanico más amplio de condiciones, con otros antecedentes genéticos y en otros cereales para comprender el papel de las aristas en la cantidad de grano y su rendimiento medio (AGW por sus siglas en inglés) ). «Es importante realizar investigaciones que muestren qué variedades de trigo se adaptan mejor a diferentes condiciones de crecimiento ambiental, especialmente en un contexto de cambio climático», añade la investigadora del grupo de Fenómica Vegetal de Agrotecnio y de la UB, Rut Sánchez-Bragado.
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Las aristas sirven como órgano de defensa sobre todo para los pájaros también captan agua del roció de la mañana en terrenos desérticos como la costa central del Peru donde siembro