Últimamente, cuando se habla de agricultura y sostenibilidad se oye mucho el término de agricultura regenerativa, nos podría explicar ¿qué se entiende por agricultura regenerativa?
La Agricultura Regenerativa es un sistema de producción de alimentos por el que apuestan muchas organizaciones y empresas vinculadas con la agricultura y la alimentación, entre ellas el Grupo Syngenta. Basándose en la ciencia y la tecnología, la Agricultura Regenerativa tiene como objetivo la conservación y rehabilitación de los entornos agrícolas, para hacer más sostenible la actividad agrícola productiva, mejorar los rendimientos y combatir el cambio climático.
Se centra en restaurar la salud del suelo, estimular y mantener su fertilidad y biodiversidad, mediante una serie de técnicas y prácticas agrícolas que protegen.
Estas prácticas giran en torno a minimizar la perturbación del suelo manteniendo la cobertura vegetal del suelo todo el año, diversificando los cultivos y ampliando las rotaciones, así como optimizando la aplicación de insumos para la protección y nutrición de los cultivos, basándose en el conocimiento y las nuevas tecnologías que permiten actuar con máxima precisión.
Estas prácticas no solo ayudan a incrementar la diversidad y la salud de la biota del suelo, sino que también aumentan la biodiversidad en superficie. Al mismo tiempo, se aumenta la capacidad de retención de agua y el secuestro de carbono, lo que reduce los niveles de CO2 atmosférico.
Por todo ello, Syngenta sostiene que la Agricultura Regenerativa puede sustentar la transformación de nuestros sistemas alimentarios globales. Si queremos hacer posible la producción sostenible de alimentos, es necesario incorporar el objetivo de la Agricultura Regenerativa a toda la actividad en nuestro sector.
No puede haber sostenibilidad en la agricultura si no hay rentabilidad, ¿es rentable la agricultura regenerativa?
Si bien la transición a la agricultura regenerativa es inmensamente prometedora, es crucial reconocer las dificultades que enfrentan los agricultores para adoptarlas. Muchos agricultores ya operan con márgenes de ganancia muy reducidos, lo que dificulta la inversión en nuevas prácticas o tecnologías regenerativas.
Indudablemente, tienen que ser prácticas sostenibles y rentables, ya que es determinante, para que unas prácticas se adopten o no. Lo primero que va a hacer un agricultor ante nuevas prácticas es su cálculo de cuánto cuestan estas prácticas y de cuánto aportan, tanto a nivel económico como a nivel agronómico. La ecuación le tiene que salir positiva al agricultor para decida aplicar.
Somos muchos los que podemos aportar aquí soluciones que ayuden a alcanzar una sostenibilidad rentable. Pero es indudable que la UE y los gobiernos nacionales deben dar un paso adelante y proporcionar el apoyo financiero, los incentivos y la asistencia técnica necesarios para facilitar esta transición.
Las subvenciones, los subsidios y el acceso a créditos y seguros asequibles pueden permitir a los agricultores adoptar un mayor número de prácticas regenerativas, mejorar la infraestructura e invertir en tecnologías sostenibles.
Otro punto importante es que ahora la mirada ya no está puesta en el corto plazo, sino en el largo. No se puede pensar en medidas de regeneración de suelo a corto plazo.
¿Qué papel juega la industria de los fitosanitarios y en especial, Syngenta, para concienciar y formar a los agricultores en agricultura regenerativa?
Nosotros en Syngenta pensamos que es necesaria una transformación acelerada hacia un futuro más sostenible del que nos encontramos en la actualidad, y para ello, creemos que es esencial extender las prácticas de agricultura regenerativa en las que se integran las tecnologías de protección y mejora vegetal.
La agricultura regenerativa es una suma de prácticas, es como una caja de herramientas. Es importante que estas prácticas estén bien elaboradas y disponibles para el agricultor. Syngenta ha decidido centrar su investigación y desarrollo en dos direcciones. Una, encaminada a optimizar y reducir el impacto de los insumos agrícolas y la otra, se refiere a la salud del suelo. Hay muchas otras prácticas, que otros sectores de la actividad agraria ya están desarrollando para completar esta caja de herramientas.
¿Por qué hablo de un conjunto de prácticas en lugar de un modelo nuevo? Porque algunas de estas prácticas ya han sido adoptadas por los agricultores. Por eso, cuando hablamos de sostenibilidad, tenemos que reconocer lo que ya están haciendo nuestros productores. Ahora, lo que buscamos es complementar lo que ya se hace, con nuevas medidas.
Estamos convencidos de que nuestra innovación en este campo es necesaria también para combatir el cambio climático y para abordar la lucha que enfrentan los agricultores para mantener su rentabilidad, productividad y mejorar la sostenibilidad general de sus explotaciones. Si ayudamos a los agricultores a adoptar enfoques innovadores y respetuosos con el medio ambiente, podemos empoderarles para fomentar un sector agrícola resiliente que prospere en armonía con la naturaleza.
¿Qué está haciendo Syngenta para ayudar a los agricultores en la transición que la agricultura necesita para hacer frente a los retos de cambio climático y seguridad alimentaria?
En general, desde la industria de protección de cultivos, estamos invirtiendo 14.000 millones de euros de aquí a 2030 en tecnologías agrícolas innovadoras, como soluciones biológicas y de agricultura digital y de precisión, para ayudar a los agricultores de la UE en este viaje.
Nosotros, desde Syngenta, desde 2020 y hasta 2025, hemos comprometido una inversión de 2.000 millones de dólares en el desarrollo y puesta a disposición de los agricultores de, al menos, dos avances tecnológicos al año que contribuyan a impulsar la agricultura regenerativa.
Esta inversión ya es una realidad con Syngenta Biologicals en campos como la bioestimulación y el biocontrol, con nuevas soluciones biológicas para proteger y mejorar la salud del suelo. También los es, en el terreno digital, con la plataforma recién lanzada Cropwise, que incorpora múltiples herramientas que facilitan la toma de decisiones y la aplicación de precisión de insumos. Además, por supuesto, las nuevas variedades de semillas, que incorporan resistencias a los principales virus y enfermedades que están surgiendo ahora, así como a las extremas condiciones climáticas y la falta de agua.
Sabemos que para todo ello la conexión empresa – universidad es esencial a la hora de desarrollar y poner al servicio del agricultor nuevas herramientas que impulsen las prácticas regenerativas. La catedra Syngenta UPC (Universitat Politècnica de Catalunya) por una formación en nuevas tecnologías para una agricultura sostenible, que acabamos de firmar, es un magnífico ejemplo de ello.
El Pacto Verde Europeo de la CE tiene como objetivo la reducción del uso de fitosanitarios en un 50% en 2030. No obstante, los agricultores llevan años reduciendo mucho su consumo gracias a productos más eficaces y de uso mucho más localizado. ¿Existe todavía margen para esa reducción tan drástica?
En mi opinión, el objetivo marcado por la CE es un objetivo muy ambicioso. No se trata tanto de un porcentaje sino de establecer una tendencia. No está tan definido ni el cómo ni el cuándo. La Comisión nos quiere marcar que hay que ir a un cambio radical en las prácticas que se realicen, aplicando más innovación, como, por ejemplo, detección preventiva de plagas, uso de imágenes por satélite, modos de aplicación más efectivas que utilicen menos producto, uso de bioestimulantes, nuevas técnicas genéticas, regeneración de suelos… en fin, la caja de herramientas de la que antes hablábamos.
Sin duda el Pacto Verde de la UE proporciona un marco transformador para apoyar esta transición, pero por encima de ello, y como ya hemos comentado, es vital priorizar las necesidades de los agricultores y acelerar la innovación en nuevas tecnologías, así como el acceso a éstas.
La metodología de los objetivos de reducción de sanidad vegetal debe seguir basándose en el uso y en el riesgo, y debe saber abordar los entornos agrícolas específicos de cada país, así como los diferentes puntos de partida de cada uno de los miembros de la UE.
Antes de hablar de reducciones, creemos que el sector agrícola europeo lo que necesita es que este nuevo marco político asegure que todo el espectro de soluciones y de nuevas herramientas indispensables para la transformación de la agricultura están disponibles y se facilite su transferencia con la mayor agilidad posible.”
Actualmente, España ostenta la Presidencia Europea y una de las prioridades del ministro Planas es la innovación en la agricultura ¿en qué ámbitos de la sanidad y mejora vegetal habría que acelerar la innovación y el acceso de los agricultores a las nuevas tecnologías?
Desde nuestro punto de vista la aceleración de la innovación debe centrarse en todas aquellas tecnologías que formen parte del Manejo Integrado de Plagas (IPM) y que como tales, optimicen el uso de fitosanitarios al mismo que brinden flexibilidad a los agricultores para encontrar la mejor estrategia para proteger sus cultivos frente a plagas y enfermedades.
La sanidad y la mejora vegetal tienen actualmente que ir hacia la incorporación de las tecnologías ya existentes, así como también, las nuevas como son las de edición genética, nutrición, biocontrol y bioestimulación y por supuesto, los servicios de agricultura digital y de precisión.
Syngenta ha sido pionera en ligar agricultura y biodiversidad, con su “The Good Growth Plan” que se inició en 2013 y se renovó hasta 2025 y su “Operación Polinizador” con más de 14 años de existencia. ¿Cuál es su balance de estas actuaciones?, ¿Cuáles los siguientes pasos?
Efectivamente el plan de compromisos con la agricultura sostenible The Good Growth Plan que Syngenta inició en el 2013 ha sido la mejor evidencia de nuestra larga trayectoria, esfuerzo y empeño en impulsar las buenas prácticas en la agricultura. El balance de los datos recogidos en esos años, solo en España y Portugal, muestra que se consiguieron incrementos del 20% en la productividad de cultivos como la cebada; casi medio millón de hectáreas de suelo se incorporaron a las prácticas de Agricultura de Conservación y 70 mil hectáreas a proyectos de extensión de la biodiversidad como Operación Polinizador. En esos diez años, nuestros técnicos y colaboradores del plan de compromisos formaron a 55 mil agricultores en buenas prácticas agrícolas.
El Good Growth Plan está ahora en plena transición hacia esa transformación acelerada tan necesaria que hemos comentado. Los compromisos iniciales que nos marcamos siguen igualmente vivos, si bien con una visión más adaptada a la urgencia climática y a los actuales desafíos, en particular, en lo referente a la seguridad alimentaria.
En nuestra línea de trabajo, además de incluir las áreas de polinización y biodiversidad, también estamos trabajando en semillas de cubiertas vegetales. Creo que ha habido un cambio de mentalidad y que hemos entendido que no hay que dejar el suelo desnudo.
Los proyectos e iniciativas que incluía en The Good Growth Plan, tanto de productividad, extensión de la biodiversidad o formación, han evolucionado hacia la incorporación de los principios de la agricultura regenerativa y en particular, integrando las soluciones y servicios en las que Syngenta está trabajando para impulsar la transformación.
El Plan, como tal, acaba, pero el compromiso de Syngenta con la sostenibilidad, por supuesto, que continúa.
Sobre Ronan de Hercé
Ronan de Hercé tiene una trayectoria profesional de más de diez años en Syngenta. Ha ocupado importantes puestos directivos de Desarrollo comercial y Marketing como Director de Servicios de Marketing para África y Oriente Medio o como Director de Relaciones con Clientes y Cuentas Clave para EAME, enfocados en el desarrollo de servicios con clientes y agricultores, en las áreas de Digitalización, Agricultura de precisión y sostenibilidad.
Durante más de tres años, ha sido Director General de la filial de Syngenta en Marruecos.
Ocupa el cargo de Director General de Syngenta Iberia, S.A desde enero de 2022.
Frente a toda esta cháchara y tan pocos años de experiencia esta la experiencia de siglos de los agricultores que tienen que sopesar las ventajas e inconvenientes de cada práctica
Como se puede hablar de mantener una cubierta vegetal todo el año sin establecer una distinción de cultivos ,de tipo de terreno y de diferencias de publiometría.?
Con la realización de los ecorregímenes estamos viendo parcelas vistiéndose de hierbas que complican grandemente las labores teniendo que recurrir a la quema más que antes.
Unos barbechos bien realizados y oportunamente manejados nos aportan más incorporación de biomasa al terreno ,más humedad y por tanto más producción con el consecuente mayor secuestro de carbono Eso solo se realiza a pie de campo por quien conoce el medio y evalúa las circunstancias poniendo en juego su propia supervivencia.
Falso,la agricultura regenerativa tal como se conoce es inviable para las familias que we dedican a la agricultura debido a los bajos precios, porque retarda las siembras debido a la NO preparación del suelo y a la baja efectividad de los pesticidas, también los bajos precios de los productos agricolas y el encarecimiento de los insumos hace inviable dicha práctica. Nadie mejor que un agricultor sabe las necesidades de su explotación y si es viable o no la agricultura regenerativa en sus tierras. Existen muchos factores y muchas zonas donde hay k laborear la tierra debido al suelo bien sea (por no destruir maquinaria o debido a la acidez de la tierra etc) y, hay k entender k la agricultura tradicional no puede ser borrada ni sustituida debido a k choca con la agricultura regenerativa k es más de empresas y multinacionales k de explotaciones familiares, porque choca y termina extinguiendo al agricultor como tal (véase fondos de inversión o empresas de servicios o agricolas k acaparan tierras sin dejar sitio a la agricultura familiar y tradicional).