La nueva propuesta de reglamento europeo en materia de transporte de animales vivos supone, en la práctica, la posible desaparición de miles de granjas y empresas productoras del sector de carne avícola en España, según señala Avianza, la Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola. Esta propuesta modifica el Reglamento (CE) n.º 1255/97 y deroga el Reglamento (CE) n.º 1/2005.
El reglamento pretende imponer un rediseño de los contenedores de transporte, incrementado su altura, así como regular la densidad en cada uno de ellos. En consecuencia, se podría reducir un 43% la capacidad de carga por camión, incrementar un 65% el número de viajes necesarios (más de 15 millones de kilómetros adicionales), y generar un 222% más de emisiones de gases de efecto invernadero, de acuerdo con el “Informe sobre el Impacto sobre el sector de carne avícola de la propuesta de Reglamento relativo a la protección de los animales durante el transporte y las operaciones conexas”, que ha elaborado Avianza.
Además, se incrementaría el consumo de insumos, como combustible, desgaste de vehículos, horas extras de transportistas (con el consiguiente riesgo laboral y congestión de carreteras), … Igualmente implicaría la adaptación sistemas mecánicos de infraestructuras de las instalaciones de procesamiento, tiempos de espera, etc.
Las principales conclusiones del Informe son:
- Las bajas en el transporte avícola en España ya son de por sí, extremadamente bajas, con una media del 0.3%, lo que sugiere un alto nivel de bienestar animal durante el transporte.
- Un impacto económico brutal en la cesta de la compra de los españoles. En Países Bajos se ha triplicado en algunos casos el precio del pollo, por mayores normas de bienestar.
- El coste adicional de producción se estima en 361 M€ solo el primer año, para la adaptación de infraestructuras, transportes, etc., a lo que se sumarían 125 M€ anuales con motivo del incremento de viajes, personal adicional necesario, consumo de energía, etc. En total, 861 millones de euros en esta legislatura.
- Se puede hacer peligrar la capacidad de exportación de España que es un exportador clave de genética avícola de alta calidad. Las empresas se verían obligadas a deslocalizarse fuera de la UE y cerrar instalaciones para mantener sus mercados, lo que pondría en peligro la soberanía alimentaria española y europea.
- Entrada de producción proveniente de otros mercados fuera de la UE, no sometidos a la regulación que se pretende aplicar.
- Incremento de las emisiones de CO2, el consumo de agua y la huella de carbono del transporte avícola, reduciendo la sostenibilidad del sector.
- Incremento del número de viajes para mover la misma producción de carne avícola (más de un 65%), implicaría la emisión de un 222% más de emisión de gases de efecto invernadero.
- El mayor espacio entre animales durante el transporte podría aumentar el riesgo de lesiones y fracturas, sin aportar beneficios significativos. Transportar a los animales con menores densidades equivaldría a generar huecos muy peligrosos en caso de frenadas. La normativa en materia de altura podría provocar caídas de animales levantados y rotura de extremidades.

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