El optimismo sobre la situación de la economía agraria en EEUU va en descenso. De acuerdo con una encuesta realizada a 70 economistas agrarios de EEUU, el 75% considera que la economía agraria está al borde de una recesión inminente. Este es un aumento significativo respecto al 56% que lo afirmaba en la encuesta del mes anterior. Para algunos, la situación es tan mala como en 2007.
Los economistas siguen mostrando preocupación por la situación actual de la economía agraria en comparación con el año pasado. Entre las principales causas que han mencionado se encuentran la elevada volatilidad en los precios de las materias primas, así como las dificultades financieras que enfrentan los agricultores, especialmente en ciertas regiones del país.
Los economistas consultados señalaron que los productores están bajo una presión financiera significativa, especialmente aquéllos que dependen del alquiler de tierras o tienen deudas significativas. A pesar de que para muchos agricultores, los años 2021 y 2022 fueron rentables, esa capacidad de soportar condiciones más difíciles se está agotando.
Otro de los factores destacados es la sobreproducción global y la baja demanda de exportaciones, que agravan la situación en algunas áreas del sector agrícola. Además, la política de biocombustibles no respalda el consumo del excedente. En contraposición, algunas explotaciones diversificadas y con fuentes de ingresos fuera del sector agrario parecen estar más protegidas frente a esta crisis.
No a todos los sectores la crisis les está afectando de igual manera, ya que sectores como la ganadería, especialmente el ganado vacuno y el sector lácteo, han mostrado un mejor desempeño en comparación con los sectores de los cultivos herbáceos y el porcino.
Los agricultores también están muy preocupados
El sentimiento entre los agricultores también refleja la difícil situación actual de la economía agraria. De acuerdo con un informe de la Universidad de Purdue, el ánimo de agricultores y ganaderos se encuentra en su nivel más bajo desde 2016. Los agricultores expresan una creciente preocupación por los ingresos agrícolas esperados para 2024 y 2025, una tendencia que parece empeorar a medida que la incertidumbre económica se intensifica.
Según el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA), el coste de producir maíz cayó un 5%, pero el precio bajó un 37%. En consecuencia, la Asociación Nacional de Productores de Maíz de EEUU (NCGA) calcula que, considerando los costes de producción, el precio y el rendimiento del maíz, el agricultor pierde 289 €/ha (125$/acre) de media.
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