Tras el avistamiento de dos posibles ejemplares en los términos municipales de Cistella, Cabanelles y Albanyà, en Cataluña el Departament de Territori, Habitatge i Transició Ecològica de Cataluña ha intensificado el seguimiento del lobo en la comarca del Alt Empordà.

Las imágenes obtenidas por las cámaras de fototrampeo, instaladas cerca de una explotación ganadera que había sufrido ataques, muestran a dos cánidos de los cuales uno ha sido identificado con certeza como la loba detectada previamente en la zona. Sin embargo, el segundo animal aún no ha podido ser identificado de forma concluyente. Ante esta situación, se intensificarán los trabajos de monitorización mediante cámaras adicionales y el análisis de muestras biológicas para determinar si se trata de un ejemplar macho.

El Govern ya ha comunicado este hecho al Grup de Treball del Llop a Catalunya, un organismo que reúne a representantes de organizaciones agrarias y ganaderas, grupos ambientales como el Grup Llop Catalunya, y expertos en la temática. Este grupo coordinará las acciones necesarias para evaluar la situación y tomar medidas en caso de confirmarse la presencia de dos ejemplares.

Medidas de prevención y coexistencia

Desde hace tiempo, la Generalitat promueve iniciativas para minimizar los conflictos entre el lobo y la ganadería en Cataluña. El programa de prevención de daños a la ganadería incluye varias herramientas, como la cesión de material preventivo (por ejemplo, vallas eléctricas), el fomento del uso de perros de protección de rebaños y el apoyo económico a los ganaderos que implementen medidas de autoprotección.

Estas actuaciones se aplican principalmente en áreas con presencia regular confirmada de lobos, como las zonas de pastoreo comunal o alta montaña donde se han registrado daños durante los últimos inviernos. Sin embargo, también contempla acciones para casos puntuales, como la instalación de cercados especiales o el uso de collares geolocalizadores para localizar animales.

El objetivo del Govern es garantizar la coexistencia entre el lobo y la actividad ganadera, especialmente en áreas donde se produce su presencia de forma aislada. Las medidas se centran en proteger a los rebaños y minimizar los daños sin perder de vista la conservación de esta especie en el territorio.