Un 38% del cultivo de cereales de invierno de Rusia se encuentra en malas condiciones. Solo el 31% de los cultivos están en buenas condiciones, frente al 74% de hace un año, de acuerdo con los datos del Centro Hidrometeorológico de Moscú. En consecuencia, los analistas barajan que la cosecha de 2025 de Rusia podría ser la peor de los últimos 23 años.
Siempre que hay baja producción se tiende a echar la culpa a la meteorología, y aunque, sin duda, ésta tiene parte de responsabilidad no es el único factor, ya que hay más muchos otros que apuntan al inicio de una crisis sistémica en la industria rusa de los cereales, según recoge la Unión Cerealista de Rusia.
Por un lado, las semillas. En enero de 2024, el gobierno ruso impuso una cuota de importación de semillas procedentes de países considerados hostiles por lo que se redujo la disponibilidad de éstas. Los agricultores rusos tuvieron que usar semillas rusas mayoritariamente, que están en desventaja en términos de rendimiento y productividad.
Además, al no disponer de semillas de fuera, el precio de las semillas rusas se dispararon en 2024. Por ejemplo, los precios de la colza aumentaron un 32% durante los últimos 12 meses hasta alcanzar los 36.900 rublos (349 €/t) en julio de 2024.
El sector de la maquinaria también enfrenta grandes dificultades. Las sanciones han interrumpido la adquisición de maquinaria moderna y repuestos necesarios para el mantenimiento del equipo existente. Los agricultores rusos han tenido que recurrir a maquinaria nacional, que a menudo no cuenta con la tecnología más avanzada, lo que ha resultado en una menor eficiencia en las labores agrícolas.
Además, hay que añadir el aumento de los costes de producción debido a la inflación, que también dificulta la renovación de equipos. En los primeros diez meses de 2024, las ventas de maquinaria agrícola en Rusia cayeron un 16,5%. Antes de la crisis actual, el número de tractores por hectárea de tierra agrícola en Rusia ya era muy inferior al de los países desarrollados y se espera que el problema se vuelva más acuciante con el tiempo.
El encarecimiento de los fertilizantes es otro obstáculo significativo. A pesar de que Rusia es uno de los mayores productores mundiales de fertilizantes, los precios internos han aumentado considerablemente debido a la alta demanda internacional y a los problemas logísticos derivados de las sanciones. Esto ha obligado a muchos agricultores a reducir el uso de fertilizantes, lo que ha tenido un impacto directo en los rendimientos por hectárea.
Por otro lado, las sanciones también han limitado el acceso de Rusia a los mercados internacionales, dificultando la exportación de cereales. Aunque el país sigue siendo un actor clave en el comercio mundial de trigo, las restricciones financieras y los problemas logísticos han generado incertidumbre en los contratos de exportación. Del 1 al 23 de diciembre, Rusia envió casi 2,5 Mt de cereales para exportación, un 23,2% menos que en el mismo período del año pasado,
Todos factores han provocado una caída de la rentabilidad media de las empresas de cereales, que se ha desplomado al 4,9% en 2024 desde el 27,8% en 2020. La producción de trigo, que generó una rentabilidad récord del 32,5% en 2020, parece ser deficitaria este año.
China aparte de su industria automovilistica ,también apoya mucho más su agricultura y ganadería que europa.mientras en europa el trigo se paga al agricultor sobre 200 € tonelada, alli el gobierno chino les compra a un precio mínimo de 340,con el cerdo igual ,poniendo aranceles y otras medidas ,en europa el kg de cerdo en vivo a 1,7 € y en china 2,70 €kg.estas medidas distorsionan mucho los precios en el mercado mundial,y ni la OMC ni la UE hacen nada al respecto, como si han echo con los coches eléctricos.