Según los últimos datos de Agreste, durante la campaña 2024 de producción de patata en Francia se ha experimentado un notable aumento de las superficies dedicadas a esta producción. Las áreas destinadas a la conservación han crecido un 11 %, alcanzando las 178.900 hectáreas. Este incremento, sumado a la creciente demanda de la industria, ha permitido a los productores superar los desafíos climáticos de una temporada especialmente húmeda y compleja.

Tras los bajos rendimientos registrados en 2022 y el repunte experimentado en 2023, la cosecha de 2024 se sitúa en la media de la última década. El rendimiento bruto nacional alcanza las 43,1 t/ha, llegando hasta las 50,5 t/ha en Champagne-Ardenne, la región más productiva.

Sin embargo, esta estabilidad no logra alcanzar los niveles de rendimiento de hace una década, evidenciando una limitación persistente que plantea interrogantes sobre la evolución futura de la productividad y sus implicaciones para el sector a medio y largo plazo.

En términos globales, la producción nacional se estima en 7,7 Mt, lo que supone un aumento del 12,2 % respecto a 2023. Este crecimiento se atribuye principalmente al aumento de la superficie cultivada, impulsado por una fuerte demanda de la industria transformadora.

Asimismo, la producción francesa se beneficia de la creciente dependencia de países vecinos, cuya capacidad productiva se ha visto mermada por problemas climáticos y otras limitaciones.