Un estudio internacional ha demostrado que los ecosistemas ubicados en regiones con fuerte impacto humano contienen una proporción mucho menor de especies vegetales potenciales que aquellas situadas en zonas menos alteradas. Esta diferencia se ha medido mediante un concepto relativamente reciente en ecología: la diversidad oscura, es decir, el conjunto de especies que podrían vivir en un hábitat determinado, pero que no están presentes en él.
La investigación, publicada en la revista Nature, ha sido coordinada por la red internacional DarkDivNet y ha contado con la participación de la Universidad del País Vasco, entre otras instituciones. Para el estudio se analizaron más de 5.500 localidades pertenecientes a 119 regiones del planeta. En cada caso, los investigadores compararon las especies vegetales realmente presentes con las que potencialmente podrían vivir en cada hábitat según sus características ecológicas.
Los resultados muestran que, en regiones poco afectadas por la actividad humana, los ecosistemas albergan aproximadamente un tercio de sus especies vegetales potenciales. Sin embargo, en las regiones con fuerte intervención humana esta proporción desciende a apenas un quinto. Según los autores, esto revela un impacto mucho mayor del que se percibe con los métodos tradicionales de evaluación de biodiversidad, que se centran únicamente en las especies presentes sin considerar las ausentes.
El grado de intervención se midió mediante el índice de huella humana, que incluye factores como la densidad de población, la transformación del uso del suelo o la presencia de infraestructuras. El estudio confirma que esta huella afecta a la biodiversidad de manera directa y a gran escala, incluso en espacios protegidos alejados del foco de impacto. Entre las causas destacan la deforestación, la contaminación, el pastoreo intensivo o los incendios forestales, que pueden impedir que muchas especies colonicen o regresen a sus hábitats naturales.
La red DarkDivNet comenzó en 2018 con el objetivo de entender cómo se configura la diversidad vegetal en distintos puntos del planeta. En el caso de la Universidad del País Vasco, el muestreo se llevó a cabo en 55 localidades del Parque Natural de Gorbeia, centrado en hábitats de hayedos y brezales. La recopilación de datos se extendió durante cinco años y se vio afectada por la pandemia de COVID-19 y por inestabilidades políticas en distintos países participantes.
El análisis ha puesto de relieve que los ecosistemas mantienen mejor su diversidad potencial cuando al menos un tercio de su superficie permanece bien conservada. Esta observación refuerza el objetivo internacional de preservar el 30 % del territorio mundial como una estrategia clave para mantener la biodiversidad.
El estudio destaca la utilidad del concepto de diversidad oscura como herramienta de diagnóstico ecológico, especialmente para evaluar procesos de restauración ambiental. Al identificar qué especies deberían estar presentes, pero aún no lo están, se pueden detectar barreras para su recuperación y orientar mejor las estrategias de conservación.
Pärtel, M., R. Tamme, C. P. Carmona, K. Riibak, M. Moora, … I. Biurrun, … J.A. Campos,… and M. Zobel (2025). Global impoverishment of natural vegetation revealed by dark diversity. Nature. DOI: https://www.nature.com/articles/s41586-025-08814-5
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