El desperdicio alimentario en los hogares catalanes supone un coste medio de 330 € anuales por familia, según la “Diagnosis del derroche alimentario en los hogares de Catalunya 2024”, elaborada por el CREDA y el IRTA por encargo del Departamento de Agricultura. La cifra global alcanza los 902,85 M€ en toda Cataluña, lo que equivale a 112 € por persona al año.
El informe, presentado en la sede del Banco de Alimentos de Cataluña, también revela el importante impacto ambiental del desperdicio. En 2024 se emitieron 462 millones de kilos de CO₂ equivalente para producir, distribuir y comercializar alimentos que acabaron desechándose, incluidos líquidos y bebidas vertidos por el fregadero.
El 70 % del derroche son alimentos sin cocinar
Del total de emisiones, el 70,3 % proviene de alimentos que nunca se llegaron a cocinar, el 19,4 % corresponde a platos desechados directamente desde el plato y el 10,3 % a comidas cocinadas que se guardaron en la nevera y no se consumieron.
Según el presidente del Banc dels Aliments, Lluís Fatjó-Vilas, estos datos ponen cifras a una realidad cotidiana: grandes cantidades de alimentos aprovechables se pierden mientras muchas personas carecen de una alimentación adecuada. Desde la entidad subrayan que la solución pasa por la prevención y por una mayor conciencia del valor real de los alimentos.
El Departamento trabaja en un plan estratégico de prevención
El consejero de Agricultura ha recordado que prevenir el desperdicio alimentario es una de las prioridades del Departamento, alineada con los objetivos de sostenibilidad de la Estrategia Alimentaria de Cataluña. En este marco, se está elaborando un Plan Estratégico para la Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentarios, cuyo proceso participativo acaba de comenzar y que se presentará a principios de 2026.
Este plan pretende abordar el problema a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo, con la participación activa de todos los actores del sector.
Un problema social además de ambiental
Según los datos avanzados por el conseller Ordeig el pasado mes de febrero, cada habitante de Cataluña desperdicia una media de 21,56 kg de alimentos al año en su hogar. Esta cantidad permitiría alimentar a más de 274.000 personas durante un año, lo que equivale al 14 % de la población catalana en riesgo de pobreza.
Iniciativas en marcha y resultados medibles
Entre las acciones que ya se desarrollan figura la campaña de sensibilización “Aprovechamos los alimentos”, que en 2023 permitió recuperar 18,6 toneladas de alimentos. Según cálculos de la FAO, esta cantidad equivale al ahorro de casi 12 millones de litros de agua y más de 9.000 kg de CO₂.
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