La población de lince ibérico (Lynx pardinus) ha alcanzado en 2024 una cifra récord desde que existen datos de seguimiento precisos, con un total de 2.401 individuos censados en España y Portugal. Esta cifra representa un incremento del 19 % respecto al año anterior, según el informe elaborado por el grupo de trabajo del lince ibérico, coordinado por el Ministerio para la Transición Ecológica a través de la Dirección General de Biodiversidad.
El informe ha sido elaborado con datos aportados por las comunidades autónomas españolas y el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF) de Portugal, tras las labores de seguimiento desarrolladas sobre el terreno. España alberga el 85,3 % del total, con 2.047 ejemplares, y Portugal el 14,7 %, con 354 linces.
Entre las comunidades españolas, Castilla-La Mancha encabeza el censo con 942 ejemplares, seguida de Andalucía con 836. En Extremadura se han contabilizado 254 linces y en la Región de Murcia, 15. Las áreas más relevantes para la especie siguen siendo Sierra Morena, que suma 1.082 individuos entre Andalucía (691) y Castilla-La Mancha (391), distribuidos en distintos núcleos y zonas de conexión.
La recuperación de la especie se refleja también en el número de hembras territoriales, que ha alcanzado las 470, 64 más que en 2023. Esta cifra se acerca a las 750 que se consideran necesarias para alcanzar un estado de conservación favorable. En 2024 nacieron 844 cachorros, con una tasa de fecundidad de 1,8 crías por hembra reproductora.
El crecimiento poblacional, con una media del 29 % anual desde 2020, ha permitido pasar de menos de 100 ejemplares en 2002 a más de 2.400 en 2024. Actualmente, el lince se reproduce en 17 áreas geográficas distintas, lo que refleja una expansión tanto numérica como territorial.
Mortandad no natural y retos de conservación
A pesar del crecimiento demográfico, las tasas de mortalidad no natural siguen siendo un problema relevante. En 2024 se registraron 214 muertes, de las cuales 162 fueron por atropello. Esto pone de relieve la necesidad de avanzar en la aplicación de estrategias como la Estrategia de conservación del lince ibérico y la Estrategia Española de Infraestructura Verde y de Conectividad y Restauración Ecológicas, orientadas a reducir la fragmentación del hábitat.
Cría en cautividad y reintroducción
La cría en cautividad ha sido una herramienta clave en la recuperación de la especie. Desde 2011 se han liberado 403 linces nacidos en centros gestionados por el ICNF en Silves (Portugal), la Junta de Andalucía en La Olivilla (Jaén) y el Organismo Autónomo Parques Nacionales (MITECO) en los centros de Zarza de Granadilla (Cáceres) y El Acebuche (Huelva).
A las comunidades que ya participaban en la reintroducción del lince (Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal), se han sumado en 2023 la Región de Murcia y en 2025 Castilla y León, que ha comenzado los trabajos en el Cerrato Palentino. Se prevé ampliar el número de zonas de reintroducción en los próximos años.
El informe técnico puede consultarse en la web del MITECO.
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